Estas hojas secas se descomponen muy despacio tardando alrededor de un año para formar un mantillo de hojas que es un material excelente para preparar un buen acolchado.
El acolchado o mulching es un protector de las plantas. Retiene el calor en invierno y la humedad en verano, nutre la tierra y dificulta el crecimiento de malas hierbas.
Su misión es aislar las raíces de una planta del frío y las heladas invernales reteniendo el calor en invierno mientras que en verano conserva la humedad para que no se evapore. También protegerá la estructura del suelo de ser dañada por fuertes lluvias y si es un acolchado natural nutrirá la tierra a medida que vaya descomponiéndose por lo que también hay que tener en cuenta reponerlo con cierta frecuencia.
Los materiales naturales son más utilizados en jardinería y con el tiempo terminarán descomponiéndose aportando nutrientes al suelo mientras que el plástico negro es más utilizado para periodos largos para más de una temporada de cultivo y en huertos donde la superficie a cubrir es más extensa y no importa tanto su aspecto estético. Es conveniente colocar estos plásticos lo más tensos posible para que el agua no se encharque encima y perforarlo para permitir que penetre en el suelo.
Si el acolchado es para proteger un árbol o un arbusto podríamos plantar a sus pies plantas de flores anuales de raíces poco profundas que además de cuidarlo embellecerá el jardín.
Ahora que ya sabemos que las hojas secas de los árboles no sólo las podemos utilizar para compost sino también para mulching, las guardaremos un par de meses para extenderlas en primavera sobre las plantas de nuestro jardín y/o huerto y si son muy grandes y nosotros muy detallistas, podemos hacerlas crujir o cortarlas para disminuir su tamaño y que formen un acolchado más compacto y homogéneo o bien recoger hojas de pinos que son más pequeñas.
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