Thirteen (2003) es una película autobiográfica de la directora (la idea original era filmar una comedia que girara en torno a varias vivencias de ésta última cuando tenía 13 años, pero finalmente el guión acabó derivando hacia el drama) que cuenta la historia de la transformación que vive Tracy (Evan Rachel Wood), quien empieza la película como una prometedora estudiante con trenzas que todavía juega con ositos y muñecas. Pero cuando Tracy entra en el penúltimo año de instituto, es testigo del poder y el conocimiento que posee Evie Zamora (Nikki Reed), quien se ha convertido en la chica más sexy del colegio. Evie representa todo lo que de repente Tracy quiere y necesita ser. Al principio Tracy no tiene ninguna esperanza de ser aceptada en la elitista pandilla de Evie. Pero Tracy aprende a rehacerse a sí misma, paso a paso, hasta convertirse en el ideal definitivo de una adolescente. Descubre cómo maquillarse, qué ponerse, cómo llevar el pelo, cómo moverse. Evie se convierte en su mejor amiga e incluso comienza a llamar la atención de los chicos. Y cuanto más se adentra en su prematura etapa adulta, más alto se pone el listón. A pesar de todo, Tracy tiene aún trece años y vive un torbellino de emociones en el que todo lo que hace, todo lo que dice, todo lo que quiere, parece ser lo más importante del mundo. Se generó cierta polémica cuando Thirteen se estrenó, ya que trataba temas como el sexo entre menores de edad (las dos jóvenes protagonistas tienen tan sólo 13 años), las drogas, y el alcohol. Por ello, se establecen muchas comparaciones entre este film y películas como Kids o Diario de un rebelde. Hay varias curiosidad en este film, la primera de ellas es el cartel publicitario con el que se cruza Tracy varias veces, al principio está totalmente nuevo, pero luego se va deteriorando progresivamente junto con la protagonista. La segunda, sería que el color del film varía durante la duración del mismo, lo que en un principio es claridad (Tracy es una niña corriente) se van poniendo chillones, para volverse bastante oscuros, junto con la caída de la protagonista. Es bastante curioso también que el hombre de la tienda de piercing no está interpretado por un actor y apareció en ella por casualidad; es un amigo de Brady Corbet (que interpreta a Mason, el hermano de Tracy) que le acompañó un día a la filmación y le vino que ni pintado a la directora para sustituir a un actor que había abandonado el rodaje. Ya que los vampiros se han puesto tan de moda últimamente, añadiré también que ambas actrices interpretan a vampiros posteriormente, Nikki Red como Rosalie Hale en Crepúsculo y Evan Rachel Wood como la Reina Sophie Anne en la serie True Blood. En definitiva, es un film bastante realista, aunque como para los padres se podría calificar como de terror. La considero una película imprescindible para entender algunas de las claves de qué significa crecer en nuestra sociedad líquida, de supuesto bienestar. No es fácil ni nunca ha sido el hecho de ser un adolescente y por mucha temática que trate y cause revolución hemos de aceptar que cada vez a más temprana edad, temas tabú como el sexo, las drogas,… se están convirtiendo en algo habitual, y no se debe por lo tanto, convertirlos en tabú, si no que lo que se debe de hacer es hablar de ello y luchar para que no ocurra. Valoración: 3,5/5
Recomendación de la semana: Thirteen (Catherine Hardwicke, 2003)
Publicado el 18 febrero 2011 por MarinneriThirteen (2003) es una película autobiográfica de la directora (la idea original era filmar una comedia que girara en torno a varias vivencias de ésta última cuando tenía 13 años, pero finalmente el guión acabó derivando hacia el drama) que cuenta la historia de la transformación que vive Tracy (Evan Rachel Wood), quien empieza la película como una prometedora estudiante con trenzas que todavía juega con ositos y muñecas. Pero cuando Tracy entra en el penúltimo año de instituto, es testigo del poder y el conocimiento que posee Evie Zamora (Nikki Reed), quien se ha convertido en la chica más sexy del colegio. Evie representa todo lo que de repente Tracy quiere y necesita ser. Al principio Tracy no tiene ninguna esperanza de ser aceptada en la elitista pandilla de Evie. Pero Tracy aprende a rehacerse a sí misma, paso a paso, hasta convertirse en el ideal definitivo de una adolescente. Descubre cómo maquillarse, qué ponerse, cómo llevar el pelo, cómo moverse. Evie se convierte en su mejor amiga e incluso comienza a llamar la atención de los chicos. Y cuanto más se adentra en su prematura etapa adulta, más alto se pone el listón. A pesar de todo, Tracy tiene aún trece años y vive un torbellino de emociones en el que todo lo que hace, todo lo que dice, todo lo que quiere, parece ser lo más importante del mundo. Se generó cierta polémica cuando Thirteen se estrenó, ya que trataba temas como el sexo entre menores de edad (las dos jóvenes protagonistas tienen tan sólo 13 años), las drogas, y el alcohol. Por ello, se establecen muchas comparaciones entre este film y películas como Kids o Diario de un rebelde. Hay varias curiosidad en este film, la primera de ellas es el cartel publicitario con el que se cruza Tracy varias veces, al principio está totalmente nuevo, pero luego se va deteriorando progresivamente junto con la protagonista. La segunda, sería que el color del film varía durante la duración del mismo, lo que en un principio es claridad (Tracy es una niña corriente) se van poniendo chillones, para volverse bastante oscuros, junto con la caída de la protagonista. Es bastante curioso también que el hombre de la tienda de piercing no está interpretado por un actor y apareció en ella por casualidad; es un amigo de Brady Corbet (que interpreta a Mason, el hermano de Tracy) que le acompañó un día a la filmación y le vino que ni pintado a la directora para sustituir a un actor que había abandonado el rodaje. Ya que los vampiros se han puesto tan de moda últimamente, añadiré también que ambas actrices interpretan a vampiros posteriormente, Nikki Red como Rosalie Hale en Crepúsculo y Evan Rachel Wood como la Reina Sophie Anne en la serie True Blood. En definitiva, es un film bastante realista, aunque como para los padres se podría calificar como de terror. La considero una película imprescindible para entender algunas de las claves de qué significa crecer en nuestra sociedad líquida, de supuesto bienestar. No es fácil ni nunca ha sido el hecho de ser un adolescente y por mucha temática que trate y cause revolución hemos de aceptar que cada vez a más temprana edad, temas tabú como el sexo, las drogas,… se están convirtiendo en algo habitual, y no se debe por lo tanto, convertirlos en tabú, si no que lo que se debe de hacer es hablar de ello y luchar para que no ocurra. Valoración: 3,5/5