Ben Wheeler (Jean-Luc Bilodeau) es un camarero ligón que sólo quiere irse de fiesta y conocer a chicas y que vive junto a su mejor amigo, Tucker (Tahj Mowry) y también con su hermano Danny (Derek Theler), que acaba de mudarse a Nueva York tras ser transferido al equipo de hockey de la ciudad. Los tres están esperando una vida desenfrenada, pero justo entonces alguien deja un bebé en la puerta del piso. Resulta que Ben ha sido padre de una niña, Emma, pero la madre no se ha visto capaz de cuidarla, ni de dejarla en adopción, así que se la deja a Ben para que él decida qué hacer con ella.
Ben decide criar a su hija con ayuda de sus compañeros de piso y también de su madre, Bonnie (Melissa Peterman) y de Riley (Chelsea Kane), la que lleva siendo la mejor amiga de su hermano desde que eran niños y que a él le martirizaba. Riley era la vecina de los Wheeler, así que es como de la familia. Además, Riley siempre ha estado enamorada de Ben, pero Ben nunca ha tenido ni idea y tampoco ha parecido nunca interesado en Riley, no así Danny que lleva enamorado de ella desde niños.
Y ahora estaréis diciendo: ¿un triángulo amoroso? ¿De qué vas, tía? ¡Pasamos!
Vale, vale, que no cunda el pánico. Yo tampoco soy fan de los triángulos amorosos, pero os prometo que este no está mal, ni resulta pesado. A ver, sí, es cierto, desde el principio vais a decantaros por un bando y vais a sufrir, pero también os vais a divertir de lo lindo. Lo prometo. Y es que, aunque el triángulo amoroso es una trama a largo plazo y la tratan bien, siempre prima tanto la comedia como el buen rollo. Porque Baby daddy es una comedia, una muy divertida y muy mona, así que, al verla, te sumerges en 20 minutos donde te ríes y todo es bonito.
Encima, Baby daddy es una de las comedias más divertidas que hay ahora. En todos los episodios te sacan la carcajada y es bastante regular. Todos los episodios son divertidísimos, no tiene ninguno flojo, aunque los haya más alocados y otros más sensibleros, ya sea porque usen cierta moralina o porque avancen en la trama Ben-Riley-Danny.
Además, a pesar del buen rollo, los guionistas saben tratar las relaciones entre los tres con mucho tacto, pero también de forma bastante realista. No va a haber dramas, pero tampoco hacen como si lo que ha pasado no ha tenido lugar. Me explico. Tomemos por ejemplo New Girl, donde sus dos protagonistas rompieron y, desde entonces, no han hecho ni una mera mención, sino que los mantuvieron sin relacionarse y luego hicieron como si nada. Aquí no es así, se enfadan, se dejan de hablar, se ponen tristes, aunque luego lo arreglen.
Y, bueno, en la cuarta parece que se soluciona el triángulo, pero no lo digamos muy alto, no sea que lo gafe.
Bueno, así que tenemos un triángulo amoroso molón, una serie súper divertida donde puede ocurrir de todo y ya sólo me falta hablaros de los personajes. Porque los cinco protagonistas de Baby daddy son muy distintos entre sí, pero todos molan mucho.
Empezando por Ben, que es un protagonista bastante original y que tiene una gran evolución dentro de la serie. Ben es un caradura, un egoísta de mucho cuidado, pero también es un gran padre y poco a poco va madurando. De hecho, aunque a veces quieras darle un sartenazo cual Rapunzel, luego o ves siendo la adorabilidad hecha persona con Emma y se te pasan todos los males.
Danny básicamente es amor del bueno. No sólo parece el gemelo perdido de Chris Pratt (lo que no me digáis que no es un plus), sino que es adorable, romántico y un poco bastante lerdo, lo que viene bien para hacer reír. De todas maneras creo que no hay humano capaz de resistirse a Danny Wheeler y su enorme corazón. Y, sí, lo shippeo a muerte con Riley y they belong together y todo eso porque, en serio, si por separado son amor, juntos lo son aún más.
Y es que Riley mola muchísimo. Al ser la chica del triángulo y básicamente no saber lo que quiere o lo que siente, Riley podría fácilmente ser una petarda de mucho cuidado. Ya sabéis, alguien tipo Bella en Crepúsculo, pero no. Es lo bueno del triángulo, que todos ellos intentan actuar de forma correcta, aunque metan la pata. Pero, bueno, volviendo a Riley. Es abogada, es lista, competitiva y de niña era Rigator porque era enorme y machacaba a Ben como muestra de enamoramiento. Vamos, que no se puede ser más ídola.
Luego está Tucker, que es el amigo, personaje comodín y el centro de la mayoría de los chistes y de la ira de la diosa de la serie: Bonnie Wheeler. Yo no puedo ser más fan de esta mujer. Es que siempre logra que me parta la caja. Fan acérrima de Bon Jovi y de sí misma, con un ego inmenso, maldad a raudales y mucha mala leche, Bonnie es la madre de los hermanos Wheeler y el azote de los demás personajes, aunque luego también tiene su corazoncito y, a su manera, es una gran madre.
Por si todo esto no fuera poco, os voy a dar una razón de peso para verla... ¡Danny sale sin camiseta episodio sí, episodio también! Y, creedme, si os van los maromos, no os queréis perder ESTO:
Afjaoau0ruqruurnfahfafya...
Vale, casi me ahogo con mis propias babas. Perdón. Pero que conste, que no me pongo a exclamar con las voces enlatadas de la serie cuando sale sin camiseta... Bueno, puede que lo haga... ¡Pero no estábamos hablando de eso, sino de la serie!
Vamos, que Baby daddy merece mucho la pena. Es divertida, buenrollera, los actores están genial, los personajes molan y son episodios de veinte minutos de carcajada continua y felicidad en general. Te pones a verla y enseguida llegas al cliffhanger de la cuarta y te quieres dar de cabezazos porque el 3 de febrero está lejos... aunque ahora ya no tanto.
¡Ay, que la semana que viene veremos qué pasa! ¡Qué ganas!
No, no he hecho esta entrada con el motivo oculto de que os pongáis a verla, os enganchéis y sigáis la quinta al día para sufrir conmigo... O puede que sí, que muy buena gente tampoco soy ;P