Lépera contra mocosos,
Francisco Hinojosa (textos),
Rafael Barajas “El Fisgón” (ilustraciones),
México, FCE, 2009 (última reedición).
80 págs. 19 x 15 cm.
ISBN: 9789681683979.
Literatura Infantil
Por Javier Munguía
Dulcilanda Colorada, Reina Cristina de los Cielos y Chucha Torres son tres antipáticas, excéntricas y feas mujeres que viven juntas y gustan de vapulear a los niños con palabrejas que a estos les resultan desconocidas, pero inequívocamente insultantes. Esta costumbre les ha ganado entre los chicos el mote de “Las Léperas”. Frente a los papás de los pequeños, en cambio, estas señoras fingen ser las más agradables del planeta.
Dadito Procura, La Chica Reygadas y Pacorro el Guapo son tres niños de entre 10 y 12 años que suelen hacer locuras sin ton ni son. Sin nada de angelicales, estos astutos amigos pasan su tiempo ideando travesuras contra todo aquel que les caiga mal, sin importar si lo merece o no. Los llaman “Los Mocosos” o “Los Príncipes Mocosos” porque casi siempre al menos uno de ellos anda enfermo y con los mocos colgando.
Cuando los destinos de Léperas y Mocosos se crucen, iniciará una batalla campal que buscará definir cuál de los dos grupos es el más poderoso. ¿Quiénes serán los ganadores?
En esta breve novela infantil, publicada por primera vez en 2007 e ilustrada por Rafael Barajas “El Fisgón”, el reconocido escritor Francisco Hinojosa renuncia a tratar de enseñar algo a sus pequeños lectores, así como a invitarlos a la reflexión. Cuando en la última parte de la historia parece asomarse una conclusión que abonaría a fomentar un valor en quienes leen, el autor da un giro que deja al libro con su mismo propósito inicial: entretener, divertir, provocar la risa.
A fuerza de ingenio, esta obra consigue lo que muchas otras con más ambiciones persiguen sin alcanzar: acaparar la atención del lector. Ella parece reivindicar la diversión en la literatura como un fin en sí. Sin que nos haga olvidar la capacidad de la ficción de desnudarnos, cuestionarnos y conmovernos, el propósito de Léperas contra Mocosos resulta cumplido.