Tras una primera escucha de este nuevo trabajo de los madrileños, lo primero que llama la atención son esas melodías pegadizas gracias sobre todo a los coros a dos y tres voces que se escuchan en las 12 canciones del disco. Un elemento que no es nuevo y que ya era marca de su estilo en el disco anterior, 'Un cadáver en el mar'.
Escuchando 'La Plaga' más veces y atendiendo a los detalles se puede apreciar que el grupo ha potenciado los teclados por encima de su faceta más garajera . Parece como si hubieran subido varios escalones dejando a un lado su faceta más oscura y abrazando las potencialidades que les pueden dar otros sonidos y distorsiones más eléctricas.
Con todo, en un disco donde la mayoría de las canciones son notables, hay que destacar 'Évoli' como candidata con todos los méritos a canción del verano, los ramalazos post punk de 'Estudio de Arquitectura' y 'Los Golpes', la melancolía que te embarga al oír 'Y si no vuelves nunca más', el subidón de 'Déjate Llevar' en los gritos del estribillo y la vocación de himno pegadizo de 'Aliento Final'.
En definitiva, un estilo propio que se denota en esa base de garaje que arrastra el grupo y que han sabido mezclar muy acertadamente con unos teclados que ahora tienen mucho más protagonismo y con ese toque gamberro que les dan los coros multivocales. Un acierto.