- Pesar y medir con exactitud las cantidades indicadas en la receta. Es muy importante respetar las proporciones indicadas, esta es una norma básica y fundamental de la repostería.
- Airear la harina antes de pesarla
- Utilizar huevos a temperatura ambiente, sacándolos antes fuera del frigorífico. Así obtendremos más volumen al batirlos.
- Mezclar los ingredientes según el orden indicado en la receta y según el modo señalado. Pequeñas desviaciones alterarán el resultado.
- Emplear moldes adecuados. Al llenarlos tener en cuenta que el calor aumentará sustancialmente su volumen.
- Engrasar y enharinar el recipiente o molde para evitar que el preparado se pegue al mismo.
- Precalentar el horno, la menos diez minutos antes de introducir el preparado para su cocción.
- Respetar el tiempo de cocción. Tener en cuenta que puede influir el tipo de recipiente o las características del horno. Por lo general el tiempo nunca debería ser inferior a 15 minutos, ni superior a 30 minutos.
- No abrir el horno. Importante, sino puede bajarse... Hay que vigilar por el cristal, nunca abrir. Al menos hasta que no hayan pasado las 3/4 partes del tiempo indicado para su cocción.
- Evitar quemar la superficie del bizcocho, queque o bizcochuelo: cubrir su superficie con papel engrasado.
- Desmoldar correctamente le bizcocho, bizcochuelo o queque: si de coloca sobre una rejilla metálica tras sacarlo del horno, conseguiremos cortar la cocción, haciendo posible un bizcocho más esponjoso, menos endurecido y seco.
A la hora de hacer bizcochos hay una serie de aspectos que debemos tener en cuenta: