Recomendando The Blacklist

Publicado el 13 febrero 2015 por Reino Reino De Series @reinodeseries



The Blacklist (todos los domingos en Canal+ Series) es una de esas series raras. Y con rara quiero decir que es de las que están ahí en la parrilla, casi sin hacer ruido y cuando buscas información sobre ella te encuentras con que tiene una audiencia bastante notable, rondando siempre los 10 millones de espectadores y siempre por encima del 2,3 en demos. Porque a los americanos les gustan mucho este tipo de series, léase procedimentales con alguna historia de fondo pero con un caso cerrado en cada capítulo. Yo no le hago ascos a los procedimentales, pero si no hay una historia por detrás que me enganche no suelo hacerles mucho caso. Lo malo es cuando tienen una buena trama pero no la desarrollan más que en 3 o 4 capítulos en toda la temporada. Eso no es lo que pasa con The Blacklist, vamos a contar un poco lo que ha ido pasando hasta ahora, y sin spoilear (ahí queda eso).

Sí, sí, empecemos. La primera temporada empezó fuerte, presentándonos al personaje de Raymond Reddington (James Spader), un criminal buscado por el FBI que de pronto decide entregarse a las autoridades y ofrecerse a colaborar con ellos dándoles una lista de los criminales más peligrosos del mundo. Tan peligrosos que ni siquiera el propio FBI sabía de su existencia. Pero tiene una extraña condición, y es que Elisabeth Keen, una agente novata, tiene que ser en enlace entre Reddington y los federales. ¿Por qué? Ni idea, y eso es lo que nos tenían que contar.

"¿Acaso te tengo que explicar todo al principio?"

En cada capítulo hemos ido conociendo a cada uno de los criminales que entregaba Red, y poco a poco hemos ido descubriendo los motivos ocultos que tenía este hombre para entregarlos. Mientras tanto el señor Reddington ha ido metiéndose poco a poco en la vida de la agente Keen, y lo más extraño de todo, empezó a advertirle sobre su querido esposo, alguien con quien nuestra buena agente estaba intentando adoptar un niño. ¿Pero por qué le advierte sobre él? ¿De verdad es malo? Toda la primera temporada nos han tenido con un tira y afloja entre Reddington, Liz y su flamante esposo sin saber las intenciones del primero o sin enterarnos de si el marido era bueno o malo. Hasta llegar al impresionante final con una nueva incorporación, un tal Berlín, alguien tan malo tan malo que hasta Reddington le tenía miedo.

Lo sé, perdone señor Raymond, ya voy acabando. Vamos a contar simplemente de esta segunda temporada que, aunque empezó bastante interesante, con la incorporación de Mary Louise Parker, fue perdiendo interés poco a poco, siendo los casos un poco más aburridos. Hasta que, como no podía ser de otra manera, se acercó el parón, donde empezaron a meterle prisa a la trama dejando un final de invierno muy interesante. Pero la palma se la lleva el regreso, con la incorporación de Luther Braxton (Ron Perlman), un criminal muy peligroso que está en una instalación de esas super secretas. Fue tan interesante el capítulo y tuvo un final tan emocionante que consiguió reunir a más de 25 millones de espectadores y tener un 8.4 en demos. Sin embargo la conclusión del capítulo tan sólo reunió a 10 millones, lo cual podría achacarse al cambio de día de emisión (esta semana han puesto dos capítulos, el lunes, que es cuando la emitían, y el jueves, que es el nuevo día al que la han cambiado). Estos dos capítulos han dejado la historia otra vez muy interesante y nos dejan de nuevo con ganas de saber qué va a pasar a continuación. Y si la historia y los casos son interesantes, qué decir de la música...

Sí señor, música para sus oídos, ¡la mejor! Cada capítulo nos obsequia con una magnífica selección musical al final que cuadra perfectamente con lo que está pasando. Sólo por los momentos finales merece la pena seguir con la serie. Morning Light de Rachel Goodrich; State of the Art (A.E.I.O.U.) de Jim James; Sympathy for the Devil de Los Rolling Stones; Hey man, nice shot de Filter; Somebody sweet to talk to de She&Him y muchas más piezas que como dice el señor Reddington, son música para los oídos.
Y ahora que poco a poco se van desvelando los misterios, la gran duda que nos queda es, ¿podrá estar el señor Spader un capítulo entero sin torcer el cuello?