EL ZAPATERO Y LOS DUENDES
[...] De nuevo se repitió el milagro y por la mañana,
había cuatro zapatos cosidos y terminados, sobre su banco de trabajo.
Por suerte, esta vez entraron varios clientes a la zapatería
y estuvieron dispuestos a pagar buenas sumas de dinero
por un trabajo tan excelente y
unos zapatos tan bonitos. [...]
El zapatero y los duendes,
¡Qué suerte tuvo el zapatero! Eso de acostarse uno y levantarse con todo el trabajo hecho debe ser maravilloso. Aunque al leer este cuento, he pensado que todos podemos ser duendecillos por un día y darle la sorpresa a nuestros hijos, a nuestra pareja, a nuestros padres, etc. y preparar u ocuparnos de aquello que ellos hacen por nosotros todos los días. ¿Qué te parece?
¿Te has dado cuenta, si has leído el libro que los duendes son libres cuando el zapatero los viste? ¿No te recuerda a Harry Potter cuando Dobby, el elfo doméstico es liberado de sus obligaciones cuando Lucius Malfoy le da un calcetín (una trampa de Harry, por supuesto)?
Después de este inciso, vamos a ver qué deliciosas recetas nos han traído nuestras chicas de Una galleta, un cuento.
Espero que te hayan gustado todas nuestras propuestas.