Llega el mes de Córdoba, ya está aquí mayo y las calles se engalanan, Córdoba, si cabe, se pone más bonita para coquetear con los cordobeses (y cordobesas) y con los miles de turistas, cada año más, que vienen a visitarla, a disfrutar de sus calles, de sus rincones. Porque Córdoba está de moda y la gente tiene ganas de conocerla, de intimar con sus plazas, con sus callejuelas, con el olor de Córdoba en mayo. Algo único.
Y empezamos con las Cruces y seguiremos con los Patios y acabaremos con la Feria. Y este año, además, tenemos celebración, porque se cumplen los cincuenta años del Coso de los Califas. Y Córdoba se viste de fiesta, porque ha llegado mayo.
Y luego viene la Fiesta de los Patios, algo único, que denota como la Ciudad de los Califas conserva y fomenta las tradiciones. Una Fiesta en la que los vecinos abren sus casas, sus patios, para que sean disfrutados y admirados por los visitantes, una fiesta Patrimonio inmaterial de la Humanidad, porque los Patios son eso, un regalo que Córdoba le hace al mundo y que nadie debería perderse. Y entre patio y patio aprovechar para perderse por las calles de esta Córdoba, del silencio, del bullicio de la gente, del sonido del agua de las fuentes, del azahar…
Y después de los Patios podremos disfrutar de la Feria de Nuestra Señora de la Salud, una Feria abierta a todos los visitantes, una Feria en la que Córdoba está encantada de recibir a todo aquel que quiera disfrutar de las tradiciones, de la fiesta, de la pasión de Andalucía. Y es que Córdoba cada día está menos sola, porque cada día son más los que nos visitan, los que disfrutan de una Ciudad única, en un mes único. Porque como mayo se vive en Córdoba no se vive en ningún lugar del mundo.