Recordando en decdlt… la valla de la vergüenza

Publicado el 30 mayo 2015 por Catalega @Catalega
Hoy recordamos en Desde el Caballo de las Tendillas y os traemos un artículo publicado en noviembre de 2013  y del que me he acordado coincidiendo con una reciente visita a Melilla, para asistir a un juicio. Además he tenido la oportunidad de visitar la valla, y la verdad es que impresiona. Y es que hay muchas cosas que mejorar, que cambiar. ¡Feliz sábado! 
Resulta que se ha levantado una seria polémica desde hace unas semanas en relación a las medidas adoptadas por el Gobierno en la frontera de Melilla con Marruecos. Y es que se han instalado las conocidas como concertinas, un entramado de alambres coronados con cuchillas, además de mallas para evitar la escalada por las rejas. Esta situación es una simple anécdota dentro del tema de la inmigración ilegal, algo que debería preocupar a todos los países desarrollados, que deberían hacer mucho más por evitarla. Hay que buscar soluciones, los países más avanzados han de trabajar e intentar evitar esta lacra, se ha de intentar atajarla en los países de origen y para eso se han de poner más ganas y más medios, porque se está mercadeando con seres humanos y eso se debería erradicar. Yo no veo bien la instalación de este tipo de vallas, porque creo que poco se consigue con estas medidas, creo, como he dicho más arriba que se debe trabajar en los países de origen para evitar la inmigración ilegal y así las vallas de la vergüenza. Y estoy seguro que se podría lograr la disminución del tráfico de personas si se desarrollaran proyectos de ayuda al desarrollo serios y eficaces o acaso los países desarrollados no tienen capacidad, al menos, de intentarlo. Y por otro lado tenemos a los hipócritas del PSOE, que habiendo instalado este tipo de valla en 2005 (aunque las retiraron en 2006), ahora se rasgan las vestiduras y critican al Gobierno buscando el rédito político, cuando entonces callaron y miraron para otro lado. Porque a Rubalcaba no se le oyó quejarse ni poner el grito en el cielo y Elena Valenciano no lloró emocionada pensando en las consecuencias que podrían tener sobre los que intentaran saltar. En aquel momento callaban porque era un gobierno socialista el que las instalaba.