Ha pasado en París, pero podría haber ocurrido en cualquier lugar de Europa. Una Europa que parece dormida, anclada en sus ideales, unos ideales que quedan muy bien en el marco de la teoría, pero que no ponemos en práctica, que no sabemos o no queremos defender. Y es que si pretendemos ser modelo de cultura, de forma de vida y de libertad de pensamiento, no podemos permitir que los que luchan contra todo lo que queremos vivan entre nosotros y reciban la simpatía de un sector de nuestra propia sociedad. Los europeos hemos de desterrar los extremismos de nuestra sociedad, unos extremismos que ya han causado muchos muertos a lo largo de la historia. Unos extremismos que se esconden en el multiculturalismo para ir desertizando nuestra sociedad, un multiculturalismo que esos mismos extremistas no admiten, ni por asomo, en las sociedades que controlan. Y es que ese es uno de los problemas, la falta de reciprocidad. Pero el problema lo tenemos en la vieja Europa, en nuestra organización social, en nuestra escala de valores, en una sociedad llena de complejos y que piensa que todo lo que hacemos, nuestras costumbres, nuestra forma de vida, “nuestras cosas”, están pasadas de moda y que es muy ‘cool’ eso de mirar a otras culturas, que está muy bien, pero sin olvidar de donde venimos y hacia donde vamos… Y no digo que haya cosas que cambiar, que mejorar, que desterrar de nuestra propia sociedad, porque hay que renovarse, hay que mirar al futuro; pero hay que hacerlo sin complejos. Y hay que hacerlo sabiendo quienes somos, de donde venimos y a donde queremos ir. Como defensa de la libertad de expresión, de nuestros valores y de nuestro estilo de vida, como homenaje a los asesinados en el día de ayer, os dejo las viñetas publicadas por la revista francesa Charlie Hebdo. La vieja Europa ha de reaccionar.
Recordando en decdlt… la vieja europa ha de reaccionar
Publicado el 15 noviembre 2015 por Catalega @Catalega
Los domingos recordamos
en Desde el Caballo de las Tendillas y hoy os traemos el artículo que
publicamos tras los atentados del Charlie Hebdo. Lo que dijimos hace unos meses
lo podríamos repetir para lo ocurrido el viernes, otra vez en París. Esperamos
que la vieja Europa reaccione de una vez…
Ha pasado en París, pero podría haber ocurrido en cualquier lugar de Europa. Una Europa que parece dormida, anclada en sus ideales, unos ideales que quedan muy bien en el marco de la teoría, pero que no ponemos en práctica, que no sabemos o no queremos defender. Y es que si pretendemos ser modelo de cultura, de forma de vida y de libertad de pensamiento, no podemos permitir que los que luchan contra todo lo que queremos vivan entre nosotros y reciban la simpatía de un sector de nuestra propia sociedad. Los europeos hemos de desterrar los extremismos de nuestra sociedad, unos extremismos que ya han causado muchos muertos a lo largo de la historia. Unos extremismos que se esconden en el multiculturalismo para ir desertizando nuestra sociedad, un multiculturalismo que esos mismos extremistas no admiten, ni por asomo, en las sociedades que controlan. Y es que ese es uno de los problemas, la falta de reciprocidad. Pero el problema lo tenemos en la vieja Europa, en nuestra organización social, en nuestra escala de valores, en una sociedad llena de complejos y que piensa que todo lo que hacemos, nuestras costumbres, nuestra forma de vida, “nuestras cosas”, están pasadas de moda y que es muy ‘cool’ eso de mirar a otras culturas, que está muy bien, pero sin olvidar de donde venimos y hacia donde vamos… Y no digo que haya cosas que cambiar, que mejorar, que desterrar de nuestra propia sociedad, porque hay que renovarse, hay que mirar al futuro; pero hay que hacerlo sin complejos. Y hay que hacerlo sabiendo quienes somos, de donde venimos y a donde queremos ir. Como defensa de la libertad de expresión, de nuestros valores y de nuestro estilo de vida, como homenaje a los asesinados en el día de ayer, os dejo las viñetas publicadas por la revista francesa Charlie Hebdo. La vieja Europa ha de reaccionar.
Ha pasado en París, pero podría haber ocurrido en cualquier lugar de Europa. Una Europa que parece dormida, anclada en sus ideales, unos ideales que quedan muy bien en el marco de la teoría, pero que no ponemos en práctica, que no sabemos o no queremos defender. Y es que si pretendemos ser modelo de cultura, de forma de vida y de libertad de pensamiento, no podemos permitir que los que luchan contra todo lo que queremos vivan entre nosotros y reciban la simpatía de un sector de nuestra propia sociedad. Los europeos hemos de desterrar los extremismos de nuestra sociedad, unos extremismos que ya han causado muchos muertos a lo largo de la historia. Unos extremismos que se esconden en el multiculturalismo para ir desertizando nuestra sociedad, un multiculturalismo que esos mismos extremistas no admiten, ni por asomo, en las sociedades que controlan. Y es que ese es uno de los problemas, la falta de reciprocidad. Pero el problema lo tenemos en la vieja Europa, en nuestra organización social, en nuestra escala de valores, en una sociedad llena de complejos y que piensa que todo lo que hacemos, nuestras costumbres, nuestra forma de vida, “nuestras cosas”, están pasadas de moda y que es muy ‘cool’ eso de mirar a otras culturas, que está muy bien, pero sin olvidar de donde venimos y hacia donde vamos… Y no digo que haya cosas que cambiar, que mejorar, que desterrar de nuestra propia sociedad, porque hay que renovarse, hay que mirar al futuro; pero hay que hacerlo sin complejos. Y hay que hacerlo sabiendo quienes somos, de donde venimos y a donde queremos ir. Como defensa de la libertad de expresión, de nuestros valores y de nuestro estilo de vida, como homenaje a los asesinados en el día de ayer, os dejo las viñetas publicadas por la revista francesa Charlie Hebdo. La vieja Europa ha de reaccionar.