En la vida es importante que uno sea coherente con sus declaraciones y sus actos y más aún si eres un representante público. Algo de lo que carece el alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, que como muchos de su calaña abandera una cosa cuando en realidad lo que pretende es otra muy distinta. Y eso es lo que les ocurre con el tan cacareado laicismo. Porque esta gente de la extrema izquierda hace bandera del laicismo y quiere imponer la independencia de la administración, del estado, de cualquier confesión religiosa, al menos a eso dicen aspirar. Y basándose en ese principio laicista que debe imperar en la sociedad no acuden a actos religiosos en representación de las instituciones que gobiernan. Hasta ahí bien, lo entiendo perfectamente aunque no lo comparto. Pero lo que no es lógico es la falta de coherencia y el dejar de acudir a los actos de una confesión y sí a los de otra. Porque eso ya no es laicismo, es otra cosa. Y eso es lo que hemos vivido estos días en La Tacita de Plata con su Alcalde, el anticapitalista y activista de Marea Verde. Pues el Kichi, tras ser elegido máximo responsable de Cádiz, anunció que no acudiría oficialmente a ninguna celebración religiosa, y así actuó, dejando de asistir a la procesión de la Patrona de la Ciudad, a la Procesión del Nazareno, a la Semana Santa, quedándose el palco de autoridades sin representación del equipo de gobierno, o a la procesión del Corpus Christi. Pero llegó el pasado miércoles y el Alcalde rompió con su actitud laicista y sí acudió a un acto religioso, a la celebración del fin del Ramadán, junto a la comunidad musulmana de Cádiz, unas 250 personas. Bueno, en realidad solo con hombres, pues las mujeres tienen vetado el acceso a este banquete. Y además lo hizo público en redes sociales, algo que es de agradecer, diciendo "Amar la diversidad como fortaleza democrática. Acompañando a la comunidad islámica en el fin del Ramadán", ahí queda eso.
Recordando en decdlt… se visten de laicistas pero buscan otra cosa
Publicado el 08 octubre 2016 por Catalega @Catalega
Los sábados recordamos en
Desde el Caballo de las Tendillas y como el tiempo pone a cada uno en su sitio
os traemos este artículo publicado en julio de este año, en el que hablábamos
de la asistencia del Alcalde de Cádiz a actos del Ramadán. Ayer rechazaba la
invitación a la procesión de la Virgen del Rosario, Patrona de Cádiz. Está
claro lo que busca esta gente…
En la vida es importante que uno sea coherente con sus declaraciones y sus actos y más aún si eres un representante público. Algo de lo que carece el alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, que como muchos de su calaña abandera una cosa cuando en realidad lo que pretende es otra muy distinta. Y eso es lo que les ocurre con el tan cacareado laicismo. Porque esta gente de la extrema izquierda hace bandera del laicismo y quiere imponer la independencia de la administración, del estado, de cualquier confesión religiosa, al menos a eso dicen aspirar. Y basándose en ese principio laicista que debe imperar en la sociedad no acuden a actos religiosos en representación de las instituciones que gobiernan. Hasta ahí bien, lo entiendo perfectamente aunque no lo comparto. Pero lo que no es lógico es la falta de coherencia y el dejar de acudir a los actos de una confesión y sí a los de otra. Porque eso ya no es laicismo, es otra cosa. Y eso es lo que hemos vivido estos días en La Tacita de Plata con su Alcalde, el anticapitalista y activista de Marea Verde. Pues el Kichi, tras ser elegido máximo responsable de Cádiz, anunció que no acudiría oficialmente a ninguna celebración religiosa, y así actuó, dejando de asistir a la procesión de la Patrona de la Ciudad, a la Procesión del Nazareno, a la Semana Santa, quedándose el palco de autoridades sin representación del equipo de gobierno, o a la procesión del Corpus Christi. Pero llegó el pasado miércoles y el Alcalde rompió con su actitud laicista y sí acudió a un acto religioso, a la celebración del fin del Ramadán, junto a la comunidad musulmana de Cádiz, unas 250 personas. Bueno, en realidad solo con hombres, pues las mujeres tienen vetado el acceso a este banquete. Y además lo hizo público en redes sociales, algo que es de agradecer, diciendo "Amar la diversidad como fortaleza democrática. Acompañando a la comunidad islámica en el fin del Ramadán", ahí queda eso.
Y veo muy bien que el
Alcalde acuda a este tipo de actos, pero que luego no nos venda laicismo,
porque esta actitud demuestra incoherencia en sus formas. Me parece a mí que
Kichi no es laicista, eso le importa un bledo y ya ha quedado claro. Lo que le
pasa a Kichi, al igual que a muchos como él, es que en realidad odia a la
jerarquía de la Iglesia Católica y contra esta lucha, aunque para eso tenga que
vestirse de laicista.
En la vida es importante que uno sea coherente con sus declaraciones y sus actos y más aún si eres un representante público. Algo de lo que carece el alcalde de Cádiz, José María González, Kichi, que como muchos de su calaña abandera una cosa cuando en realidad lo que pretende es otra muy distinta. Y eso es lo que les ocurre con el tan cacareado laicismo. Porque esta gente de la extrema izquierda hace bandera del laicismo y quiere imponer la independencia de la administración, del estado, de cualquier confesión religiosa, al menos a eso dicen aspirar. Y basándose en ese principio laicista que debe imperar en la sociedad no acuden a actos religiosos en representación de las instituciones que gobiernan. Hasta ahí bien, lo entiendo perfectamente aunque no lo comparto. Pero lo que no es lógico es la falta de coherencia y el dejar de acudir a los actos de una confesión y sí a los de otra. Porque eso ya no es laicismo, es otra cosa. Y eso es lo que hemos vivido estos días en La Tacita de Plata con su Alcalde, el anticapitalista y activista de Marea Verde. Pues el Kichi, tras ser elegido máximo responsable de Cádiz, anunció que no acudiría oficialmente a ninguna celebración religiosa, y así actuó, dejando de asistir a la procesión de la Patrona de la Ciudad, a la Procesión del Nazareno, a la Semana Santa, quedándose el palco de autoridades sin representación del equipo de gobierno, o a la procesión del Corpus Christi. Pero llegó el pasado miércoles y el Alcalde rompió con su actitud laicista y sí acudió a un acto religioso, a la celebración del fin del Ramadán, junto a la comunidad musulmana de Cádiz, unas 250 personas. Bueno, en realidad solo con hombres, pues las mujeres tienen vetado el acceso a este banquete. Y además lo hizo público en redes sociales, algo que es de agradecer, diciendo "Amar la diversidad como fortaleza democrática. Acompañando a la comunidad islámica en el fin del Ramadán", ahí queda eso.