Fotograma de Europa Report (Sebastián Cordero, 2013).
Por Iván Rodrigo Mendizábal
(Originalmente publicado en revista digita Amazing Stories el 18 de junio de 2015)
En junio de 2013 se presentó oficialmente en EE.UU, el film Europa Report de Sebastián Cordero. Se podría decir que es una de las pocas incursiones de un latinoamericano, más concretamente de un ecuatoriano, en Hollywood, ciñéndose a las convenciones que la industria cinematográfica norteamericana exige. El resultado, un film de altísima calidad, una obra muy sugerente en el campo de la ciencia ficción, un ejemplo de un cine que, basado además en premisas científicas, lleva la especulación de la ciencia ficción a un plano casi realista y actual. En este marco, hay una especie de consenso, a nivel internacional, que califica a Europa Report como una película excelentemente lograda.
En efecto, Europa Report (Sebastián Cordero, 2013) es, a todas luces, el ejemplo de una ciencia ficción inteligente, que emplea las convenciones hollywoodenses también de modo inteligente y audaz. Aunque el film es de producción norteamericana, con sus propios estándares, su importancia radica en que el director es ecuatoriano.
Cordero es un director que desde Ratas, ratones y rateros (1999) se ha convertido en un sólido referente de la cinematografía ecuatoriana. Ratas, ratones y rateros le catapultó a nivel internacional, hecho que le llevó a filmar en coproducción con México, Crónicas (2004) y en España, Rabia (2009). Europa Report demuestra ser un trabajo, que en la misma línea de sus otros films, tampoco renuncia a los temas que Cordero estaba trabajando. De esto me ocuparé en este artículo.
Europa Report en esencia permite trazar un problema: ¿Hasta qué punto el viajero espacial, con la excusa de investigar formas de vida en un planeta exterior, se encuentra con la evidencia de una otredad “peligrosa”?
Probablemente esta misma pregunta prevalece en 2001, odisea del espacio, film al cual Cordero también homenajea. La película de Cordero no tiene el tono filosófico de Stanley Kubrick, pero el uso de recursos narrativos del found footage, haciendo que estemos ante un falso documental, nos demuestra un hecho ineludible: que la ciencia ficción se articula sobre pedazos de conocimiento, en cierto modo científicos, con los cuales se elaboran los mundos posibles –al modo de Umberto Eco–: alotopías o mundos diferentes del real; utopías o mundos ideales; ucronías o mundos paralelos; metatopías o mundos proyectados. La articulación de la ciencia ficción es, de acuerdo a Eco, en base a la especulació contrafactual. Así, Europa Report admite la fórmula de “qué pasaría si…” el ser humano se topa con otras formas de vida. Pero también consiente otro elemento anotado y que Eco también lo plantea: la extrapolación.
En este film la extrapolación supone ver el mundo que puede ser futurible, poniendo en evidencia los problemas actuales. De este modo, siguiendo la temática que Cordero explorba en sus anteriores películas, la de esa otredad subalterna o subalternizada por la globalización, es posible pensar ahora con Europa Report la figura del migrante como un viajero explorador quien, en su pretensión de conocer y asentarse en un mundo nuevo, en un mundo futuro, en un mundo pintado de utopía –el del posible desarrollo tecnológico–, se encuentra frente a un habitante “otro” que es más “peligroso” que él, dado que defiende su hábitat natural.
Si bien la preocupación puede ser sociológica, el discutirla en el ámbito de la ciencia ficción implica reconocer que la migración supone el desequilibrio de las tecnologías de vida locales, donde la tecnología de quien defiende su hábitat implica una economía: solo se admitiría al recién llegado si este es “comido”, si este es consumido y destruido –o adaptado en forma funcional– para que no afecte su hábitat. Pero la adaptación no quiere decir integración, sino más bien “apropiación” de la energía del migrante, del viajero, de ese otro, que para los habitantes de un lugar, es más bien “peligroso”.
Sebastián Cordero estrenó su filme Europa Report en Estados Unidos en agosto de este año.
Es usual pensar que la ciencia ficción habla del futuro; sin embargo, esta presunción es inocente porque el solo hecho de mostrar algo en el futuro no quiere decir que se esté haciendo ciencia ficción si no se tiene una idea de las problemáticas, de los fenómenos ligados al desarrollo socio-tecnológico o de las cuestiones inherentes al impacto de las tecnologías de poder en el cuerpo o en los grupos sociales.
Europa Report en este sentido, es una película de ciencia ficción que curiosamente parece anclarse más en el tiempo presente, pero que, por paradoja, pareciera que estuviéramos en un viaje futuro en el que la humanidad viaja con pretensiones exploratorias. El viaje espacial, de este modo, se asemeja al viaje hacia un mundo del que se tiene conocimiento fotográfico más no real –como los de los “descubridores”–, donde la hipótesis de vida en otro lugar se confirma. El problema está en que esa forma de vida tiene otros cánones, otras determinaciones, de los cuales cualquier explorador no tiene aún conciencia.
La caverna (Sebastián Cordero, 2013).
De este modo, mirar el presente desde la ciencia ficción es harto rica, más aun cuando se borran las fronteras entre realidad y fantasía, operadas por la transmisión actual en tiempo real de ciertas imágenes –hecho que se puede denotar también el film de Cordero–. Este director había explorado de modo experimental esta idea en un corto publicitario político, La Caverna (2013), mientras trabajaba en Europa Report, donde se muestra que hay comunidades encerradas por las falsas ficciones que crean los medios de comunicación, llevándoles a creer que el mundo es tal como muestran justamente dichos medios. El encuentro con esa exterioridad va a ser el nudo problemático no solo en el corto señalado, sino también del film Europa Report.
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