Las adaptaciones en carne y hueso de superhéroes llevan mucho tiempo entre nosotros. Hablaría de esas series de Superman o Batman anteriores a las de Adam West (cutres y casposas eso sí), pero me llevaría mucho tiempo y quizás haya que dejarlo para otro momento. DC, la editorial de Batman, Wonder Woman, El Hombre de Acero y compañía, siempre ha tenido más suerte que su rival, Marvel, en cuanto a series televisivas. El cine dejémoslo de lado, que ambas nos han ofrecido buenos y malos momentos dependiendo del personaje y de la película.
Wonder Woman tuvo su adaptación y estuvo en antena tres temporadas, Batman (la de West) otras tres y Smallville ni más ni menos que diez. Vale que Marvel tuvo a Hulk cinco, cosa que nunca entenderé que se extendiese tanto, pero Walker Texas Ranger estuvo con sus historias repetitivas la friolera cifra de nueve, ahí es nada. Bueno, en líneas generales y siendo no muy exigentes DC le gana la partida a Marvel en este aspecto. Ahora bien, algunas de sus series no pasaron de la primera temporada. Birds of Prey y Flash. Hoy vamos a hablar de la segunda. Del Relámpago Humano como lo llaman algunos.
Si hay algo que destacaba sobremanera en un primer vistazo era la influencia de Batman de Tim Burton. Estrenada un año antes y como todos sabemos un fenómeno en toda regla. Recaudando millones y millones de dólares, haciendo rico -más si cabe- a Jack Nicholson y provocando un merchandising pocas veces visto. Empezando por el tema principal -siendo del mismo autor del score de Batman, Danny Elfman-, el traje marca músculos y algún detalle más (aunque hay que reconocer que su protagonista lo podía “llenar”, no como Michael Keaton), The Flash se podría decir que quería coger el testigo del éxito que había tenido la editorial DC en el cine con el Hombre Murciélago.
He de reconocer que en su momento, cuando la ví en la primera cadena de televisión española, me sedujo, sobre todo por el mencionado trajecito y algunos fx que no estaban del todo mal, sin llegar a ser una maravilla eso sí. Curioso fué el asunto de que cada capítulo de esta serie costaba un dineral por dichos efectos -según se comentó en su momento en algunos medios-, así que aunque su audiencia no estaba mal del todo, finalmente The Flash acabó teniendo tan sólo una temporada, con 21 capítulos en su haber.
John Wesley Shipp interpretaba a Barry Allen/ The Flash. Un científico que por accidente adquiere unos poderes que le proporcionan una velocidad inusitada. Aunque como descubre posteriormente Christina McGee (Amanda Pays) dicho poder le provoca que tenga que estar comiendo cualquier cosa que se le ponga por delante. Vamos, que el correr conlleva un apetito voraz.
Tanto Shipp como Pays han acabado asentados en serie de televisión o en producciones directas para el formato doméstico (eso con suerte), aunque la segunda tuvo su momento de “gloria” y reconocimiento -por lo menos por los fans del terror y el género fantástico- por películas como Trans-Gen o Leviathan (película que emulaba a Alien). Así que su participación en esta serie no condujo ni mucho menos a mejores papeles. Aunque tampoco es que la susodicha dejase el listón alto para una prometedora filmografía, sobre todo porque Shipp tenía la misma expresividad que un tronco de madera.
La serie no dejaba de seguir los parámetros que tuvieron algunas de las series de la época. Es decir, guiones más o menos sencillitos, malos olvidables y sin carisma y un triángulo amoroso donde poder jugar durante la serie. Sin embargo, como he comentado antes, sus fx medianamente respetables hicieron que tuviese muchos seguidores y que ahora la recuerden con cariño.
Como es normal (ocurrió posteriormente con Smallville, por poner un ejemplo) su episodio piloto acabó en las estanterías de los videoclub en la década de los noventa (con una carátula buenísima). En ella se contaba el origen del personaje y se presentaban a los secundarios que irían apareciendo durante la temporada.
Posteriormente también apareció un VHS donde se recopilaba una aventura (supongo que serían un par de episodios) donde Mark (Luke Skywalker) Hamill interpretaba a unos de los enemigos más emblemáticos de toda la serie (The Trickster). Y digo eso porque por norma general el superhéroe velocista no se enfrentaba precisamente a supervillanos, si no más bien a enemigos normalitos.
¿Os acordáis de ella? ¿Intentáis olvidarla? ¿Pasó sin pena ni gloria por vuestra mente cinéfila/ televisiva? ¿merece la pena reivindicarla? Vosotros tenéis la palabra.
Intro de The Flash
Flash vs Flash
Fdo: Snake