Hoy vamos a Plasencia, una de las ciudades más importantes de Cáceres después de la Capital. En ella podremos disfrutar de su catedral y su muralla que todavía se mantiene en perfecto estado.
Para llegar a Plasencia podemos optar por coger el tren desde Cáceres, en una media hora llegaremos allí y podremos disfrutar del paisaje a través del Parque Nacional de Monfragüe. Si en cambio optamos por el coche podemos coger la autovía de la plata desde Cáceres.
Si hemos llegado en coche, mejor dejarlo a la entrada ya que la zona monumental está la mayor parte peatonalizada. En cambio si hemos cogido tren nos tocará caminar 10 minutos, ya que la estación se encuentra a las afueras.
Una vez cruzamos uno de las puertas de la muralla, nuestro primer destino en la catedral de Plasencia, se compone de dos edificios de diferentes estilos, la catedral vieja del románico y la nueva del gótico. Justo enfrente de la catedral nos encontramos la Casa del Deán, con sus árboles frutales a la entrada. Desde la catedral por la calle de la derecha podemos acercarnos a la oficina de turismo.
Seguimos por la izquierda hasta llegar a la plaza Mayor, si vamos por la mañana podemos encontrarnos con el mercadillo (nos suele pasar mucho el ir a los sitios el día que ponen el mercadillo), por lo que será complicado hacer fotos.
Continuamos hacia la plaza de San Vicente Ferrer, dónde encontramos el parador Nacional que ocupa el antiguo convento de San Vicente Ferrer, el palacio de Mirabel del siglo XVII y por último la iglesia de San Nicolás. En esta iglesia con un poco de suerte el sacristán os hará una visita guiada por toda iglesia explicándoos de una forma muy original todo los tesoros de esta bella iglesia.
Volvemos a la plaza Mayor para dirigirnos hacia la otra oficina de turismo, dónde se encuentra el centro de interpretación de la muralla. Se encuentra en una de las torres de la muralla por lo que podremos disfrutar de las mejores vistas de la ciudad, además de poder recorrer una parte de la muralla.
Por último nos dirigimos al parque los Pinos, no lo teníamos en la lista pero nos lo recomendó la oficina de turismo, el parque se encuentra al final de la calle. Antes de entrar al parque, justo enfrente podremos ver los restos del acueducto romano que abastecía la ciudad, del que sólo se conserva un tramo.
El parque los Pinos es un gran parque urbano lleno de patos, pavos reales, tortugas, conejos,… Cuando nos referimos que hay pavos no es como otros parques que tienen una pareja de pavos dando vueltas por el parque sino que en este caso hay al menos una veintena de ellos tanto machos como hembras. Muy recomendable para ir con niños, porque si nosotros disfrutamos como unos enanos no te decimos como lo harán ellos.
Dónde comer: En Plasencia no hay una calle de tapeo como tal, sino que los bares estas repartidos por todo la zona monumental, si bien la zona con más bares en la plaza Mayor.
En nuestro caso nos llamo la atención muy cerca del parque los Pinos un asador con comida casera, calidad-precio inmejorable así que aprovechamos para coger unas cuantas cosas y comer en el parque.
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