Recorriendo la costa de Moraira hacia Calpe
Por @asturiasvalenci Marian Ramos
@asturiasvalenci
Moraira parece una pequeña avanzadilla de Teulada hacia el mar Mediterráneo. Antaño pueblo de pescadores que se asentó en una pequeña bahía abrigada. Su corta costa llena de acantilados que apenas dejan lugar para pequeñas playas nos impulsa a recorrerla tranquilamente hacia esa silueta rocosa que se encuentra en Calpe: el Peñón de Ifach.Y aunque nos lleve un poco a confusión porque casi siempre aparecen unidos Teulada y Moraira son dos núcleos alicantinos de población que se han complementado perfectamente a lo largo del tiempo. En el interior aparece Teulada la agrícola, la monumental. Aquella que supo explotar sus tierras cultivando la uva moscatel para luego sentirse orgullosa al ser reconocida por la calidad de su mistela. A cuatro kilómetros aparece Moraira al lado del mar, la marinera, la tradicional, la de sus playas y calas pequeñas, la turística. Aquella aldea de pescadores que aún mantiene la tradición pesquera. Porque sus barcos salen de madrugada para poder ofrecer el resultado de su trabajo a partir de las diez de la mañana de lunes a viernes en la lonja.
Gracias a las transparentes y tranquilas aguas de su costa, Moraira se convirtió en un destino familiar que provocó la expansión urbanística a través de sus ocho kilómetros de litoral roto por acantilados y recoletas playas de arena y cantos rodados. Carretera costera que avanza hacia Benissa y Calpe entre chalets semiescondidos por las palmeras, las bungavillas y los pinos. En la carretera que separa Teulada de Moraira se encuentra una pequeña ermita donde San Vicente Ferrer hizo brotar un manantial por el que siempre brota agua, Font Santa. En Moraira se cuidó mucho el urbanismo creando un pueblo acogedor, moderno y turístico. Por eso vamos a deambular por un rincón pequeño de calles cortas, fachadas blancas, restaurantes, terrazas en sus plazas y un pequeño paseo marítimo.Una costa urbana donde toma especial protagonismo su puerto deportivo, el Portet, la playa de L’ Ampolla y el castillo de MorairaNos llama mucho la atención un pequeño fortín al lado de la playa que fue construido durante el reinado de Felipe II. Una fortaleza de carácter defensivo que se asemeja a una pezuña de buey porque es semicircular mirando hacia el sur. Al defender la población de los ataques berberiscos la puerta de entrada con un foso que tuvo antaño estuvo orientada tierra adentro. Con muros de diez metros de altura de mampostería para repeler mejor el ataque de la artillería sus troneras cobijaron siete cañones de importante alcance. En frente de la puerta del fortín se encuentra una pequeña ermita y un aljibe que era el encargado de suministrar agua a la dotación. Sigue nuestros pasos el pequeño puerto pesquero y un paseo marítimo. Unida a la vigilancia de esta costa de Moraira y si nos dirigimos hacia el norte, hacia el Cap d’ Or, vemos otra torre vigía que se encuentra mucho más elevada que el fortín. A unos 200 metros de altura y con planta circular este torreón también fue construido durante el reinado de Felipe II y su visión dominaba toda la bahía de Moraira.Desde la carretera que asciende y que termina en unos chalets a mitad del Cap d’ Or y al borde de un acantilado intentamos ver el paisaje que está oculto por los chalets y la vegetación de la montaña. Aún así encontramos algún hueco para contemplar al fondo del horizonte la silueta imponente del Peñón de Ifach recordándonos que nos encontramos muy cerca de Calpe. La costa de Moraira es muy pequeña en longitud pero ha sabido combinar su expansión urbanística con la naturaleza. Desde la playa Les Platgetes los acantilados comienzan a invadir la costa y entre ellos surge alguna cala de arena y cantos rodados. Playas que se han originado por el desagüe de las torrenteras hacia el mar. Encontramos la cala L’ Andragó de roca y de aguas profundas que se convierte en el paraíso para los buceadores y la cala Blanca que destaca por su fuerte oleaje ideal para pasear, tomar el sol o realizar bonitas fotografías. Seguimos hacia el sur en dirección a Calpe por una carretera que asciende entre urbanizaciones que reflejan la luz brillante del Mediterráneo y que nos dará entrada a alguna de las recoletas calas y acantilados que ya pertenecen a Benissa.
Al sur del otro cabo que protege la bahía de Moraira, Cap Blanc, nos encontramos con la cala Advocat. En el descenso hacia la playa podemos descansar en un área recreativa. Es una playa más extensa de arena y cantos rodados con un pequeño espigón y que nos ofrece la posibilidad de pasear por el acantilado dominado por chalets que se descuelgan hacia el mar. Seguimos nuestro recorrido por la Costa Blanca.