Rectificar

Por Joseluisp

Daría cualquier cosa antes de reconocer su error.

Podría haberlo hecho desde el principio, desde el momento en que se dio cuenta de la situación que había creado. Sin embargo le asaltaron todos sus miedos. Reconocerlo destaparía su equivocación. Le obligaría a asumir la responsabilidad. Tendría que pedir perdón y se quedaría expuesto ante todos, amigos y enemigos, mostrando toda su vulnerabilidad.

Por ello decidió no hacerlo. Negaría todo lo que ya era evidente y justificaría lo que ya era imposible de justificar. Desviaría la atención de todos proyectando la culpa en personas que estuvieran fuera de su círculo. Después de todo, esta era la mejor forma de ganar tiempo, de defender su posición y de desgastar a aquellos que habían detectado semejante despropósito.

Desde entonces se encuentra atrapado en un agujero. Un hoyo cada vez más profundo del que se resiste a abandonar pues, si lo hiciese, tendría que admitir su responsabilidad en todo lo que había sucedido.

Maldice la hora en que tomó aquella decisión. Y maldice la hora en que entró en el callejón sin salida en que se encuentra atrapado. Sabe que la única salida que existe consiste en rectificar, pero no la tomará. Si lo hiciera tendría que reconocer que se equivocó, que no tomó la mejor decisión en su momento, que asume su parte de responsabilidad ante todo lo que ha sucedido. Tendría que recurrir a cierta dosis de humildad, admitir que es lo suficientemente humano como para equivocarse y mostrarse ante todos como una persona vulnerable. De carne y hueso.

Benditos quienes reconocen todos sus errores, aquellos que tienen la humildad de mostrarse humanos. Ellos no conocen el infierno en que viven la personas que nunca se equivocaron, aquellos que son perfectos, aquellos que son infalibles.