Rectitud con amor

Por Mercedesgastulo21
Nosotras las mamás muchas veces perdemos 
la paciencia, si no es así creo que no sería normal. Somos seres humanos y a veces nos estresamos y queremos gritar pero es algo que puede resultar contraproducente para la formación de nuestros niños. No te sientas mal si has pedido a Dios en oraciones que te de más paciencia, yo lo he hecho miles de veces! La verdad es que ser mamá es maravilloso y se ve lindo en comerciales de televisión pero lo que nadie nos cuenta es que es muy agotador.
La pregunta es: ¿Cómo corregir a mi niño sin ser duro? ¿Cómo lograr que tu hijo respete lo que dices sin hacer berrinches? Algo difícil de lograr pero si eres firme, constante y sobre todo empiezas a poner las reglas claras desde que el niño es pequeño.

1. Hablar y explicar: Muchas veces pensamos que los niños pequeños no entienden. Si un niño de 1 año hace algo incorrecto y no obedece a mamá, como por ejemplo que agarre algo con lo que se puede hacer daño, no sólo debemos quitarle el objeto, sino explicar el porqué no debe agarrar el mismo. Ellos entienden, se los aseguro! Lo he aplicado desde que Sebastian tiene meses y siempre le he explicado todo. No los subestimen.


2. Estar a su altura: Muy importante es que el niño sienta que tu no eres superior a él sino que cuando le hables o le corrijas estés siempre en el mismo nivel y no parezca algo autoritario. Esto promueve una comunicación total entre padres e hijos, cuando buscamos lalíneade su mirada, estamos transmitiéndole muchas cosas, entre ellas que nos preocupaque nos escuche, pero también que vea nuestrosgestosyexpresión corporalpara queinterprete correctamente nuestra intención


3. Chau berrinches: No les miento cuando les cuento que esta fórmula funciono con mi niño. Sólo hizo berrinche una vez y al corregirle, santo remedio, nunca más lo hizo! La primera vez era porque quería un juguete en una tienda, lloraba mucho y lo que hice fue cargarlo mientras lloraba y sacarlo de ese ambiente (esto es muy importante), finalmente, fuera ya de ese lugar, le expliqué que no era el momento de comprar un juguete y que otro día lo haríamos. Para complementar la explicación y transmitir que entiendes "su dolor", abrázalo, llénalo de besos, dile cuánto lo amas y nunca lo dejes llorando porque sólo sentirá que está solo y no le das importancia.


4. ¡No pegues!: Ni se te ocurra darle una palmada en el potito, una jalada de pelos ni bañarlos con agua fría para "calmarlos". Es importante darnos cuenta que gritando ni pegando logramos algo positivo, todo lo contrario, cuándo nuestros niños actúen de igual forma con los demás, ya saben de dónde lo aprendieron. La violencia es mala tanto física como verbal, recuerden siempre que a veces las palabras hieren más. Además los niños si cometen algún error o rompen algo, no lo hacen con malicia sino porque están explorando y aprendiendo.


5. Estableciendo límites: Desde un principio tienes que delinear reglas razonables y pequeñas obligaciones que tendrá desde pequeño y según su edad, por ejemplo Sebastian tiene 3 años y ordena sus juguetes, trata de cambiarse solo y entre otras pequeñas actividades. Hay que implementar consecuencias positivas y negativas según su conducta. Por ejemplo, a veces quiere seguir viendo dibujos y no quiere apagar la tv para dormir; le explico que mañana será otro día y tiene que descansar sino al otro día se levantará cansado y no podrá jugar con sus amigos en el nido. También se puede utilizar el tiempo fuera o time out según la edad del niño.


Es muy importante que ambos padres dialoguen antes y pongas las reglas claras, que estén de acuerdo con la forma de crianza y sobre todo que delante del niño uno de los padres desautorice al otro. Algo que no debemos olvidar es que todo lo que hagamos, lo hagamos con cariño para que nuestros pequeños se sientan en confianza y en total comunicación con nosotros.