¡Hola a todos! Este es un libro que me hacía mucha ilusión reseñar porque pertenece a dos de mis blogeras favoritas, Arsénico y Maisha. Sus blogs (Divagando entre líneas y Perdidas entre páginas) fueron de los primeros que seguí mucho antes de crear el mío y buscaba mis siguientes lecturas gracias a sus reseñas. No sé en qué grado, pero evidentemente influyeron en mi decisión de crear mi propio espacio y acercarme a personas que disfrutan de la lectura como yo. Por eso, tres meses después, estoy más que encantada de compartir con vosotros mi experiencia con un libro que es magia en sí mismo, que te hace reír y llorar, soñar como un niño y madurar junto a sus personajes. Antes de comenzar, me gustaría aclarar que voy a ser totalmente objetiva, tratándolo como un libro más así que, si veis que algo me ha gustado mucho, mucho es que es verdad de la buena. ¡Vamos allá!
El que no cree en la magia nunca la encontrará, decía Roald Dahl. He aquí dos lectoras que escribían para poder leer, dos buscadoras de magia. Animamos a Wendy a cerrar los ojos y zambullirse en estrellas rellenas de palabras, la acompañamos en su viaje, la vimos soltar amarras, alzar el vuelo y alcanzar sus sueños. Por ella, por su perseverancia y obstinación, estamos hoy aquí. No somos escritoras, solo contamos la vida con polvo de hadas, poco importamos nosotras. Somos la cuna vacía de Peter Pan, la locura de Alicia, las mentiras de Pinocho, el zapato de Cenicienta, somos todo y nada. Algunos os dirán que en las sombras de Nunca Jamás, y perdidas en los caminos laberínticos del País de las Maravillas, se encuentran Fátima Embark y Merche Murillo, adictas a la lectura, a soñar despiertas, a desafiar el tic-tac de los relojes y a observar el mundo navegando sobre nubes de colores. Puede que hasta os digan que también somos Arsénico y Maisha, administradoras de Divagando entre líneas y Perdidas entre páginas. Puede que sea verdad o puede que no. Lo cierto es que W.D. es nuestro homenaje a Wendy Davies, a los cuentos, a la magia, a los sueños que dejan de serlo cuando crees en ellos. Cuando queráis encontrarnos solo tenéis que leer, y ahí estaremos, porque lo cierto es que vivimos encerradas en un libro.
"Quiere muchísimo a Wendy", pensó, indignándose con ella al ver que no comprendía por qué no podía volver a tener a Wendy.
El motivo era de lo más simple: "Yo también la quiero. Y no podemos tenerla los dos, señora". Peter Pan y Wendy, de J. M. Barrie
Cien años después la historia se repite. O quizá no.
Todavía no se conocen. Ni siquiera se intuyen. Peter y Wendy tienen un destino común del que no podrán escapar. La aventura de la vida y la magia del amor empiezan contigo, en cuanto te atrevas a descubrir su historia. Podríamos hablarte sobre caracoles, estrellas, princesas que no sienten dolor, palabras inventadas, catarros mal curados o mundos rellenos de sueños donde todo es posible.
Por explicarte podríamos deleitarnos y ser un poco malas y adelantarte que el amor no siempre es dulce. Pero claro, eso sería adelantar acontecimientos y no entenderías nada. Así que olvida las últimas líneas y sumérgete en una historia donde todo es posible, incluso que el sol y la luna se besen. Pronto, todo tendrá sentido. Bienvenido a nuestro particular Nunca Jamás.
Antes de empezar a leer y con la sinopsis que no ofrece mucha información sobre la trama a primera vista. Por lo que no sabía qué esperar y tampoco me permití tener unas expectativas súper altas para que ello no empañara la lectura como me suele pasar. Tenía claro que era Recuerda que me quieres no sabía con qué tipo de historia iba a encontrarme y solo contaba como únicas referencias con la portada (que la analizo más abajo) una versión moderna del libro Peter Pan de J. M. Barrie pero desconocía hasta qué punto seguiría a la original. Lo que encontré fue una historia distinta, a pesar de contener reminiscencias de Peter Pan, las autoras han conseguido hacer la esencia del clásico algo suyo y dar forma a su propio mundo. Es muy difícil hacer una reseña de este libro porque hay tantas cosas que quiero contaros que os destriparía el libro; es lo que pasa cuando se tiene resaca de una historia. No puedo parar de darle vueltas a muchas escenas que me han calado hondo y de comentar impresiones.
A mí no suelen gustarme los principios de los libros porque no estoy metida en la historia, es la primera toma de contacto y hasta que no me ubico con el ambiente y los personajes no empiezo a disfrutar de la lectura. Sin embargo,
La novela arranca en un día normal como cualquier otro, donde dos desconocidos pasean por la calle sin saber que sus caminos van a cruzarse por un breve instante, tan solo un instante que marcará un futuro que jamás habrían imaginado. Poco a poco, La novela se divide en cinco actos y cada capítulo tiene una cita como podéis ver en la imagen Sobre el diseño interior, abundan los relojes y dedales, objetos que hacen referencia a Wendy es una chica que se siente a salvo en su rutina y que jamás improvisa. Es una hija modelo aplicada en sus estudios y que sueña con ser escritora. Peter por su parte es un chico que no está atado al mundo, que siempre deja volar su imaginación hacia lejanos horizontes. No tienen nada en común y ahí está el destino moviendo sus misteriosos hilos que hace que esa noche sus cuerpos choquen y se encuentren cara a cara. No hablan, ni siquiera se piden disculpas. Peter la mira, confuso, antes de irse y separar de nuevo sus vidas. Era esa chica, la misma chica que desde hace semanas se encuentra por todas partes. No lo ha reconocido, pero Peter sí. Vaya donde vaya, ahí está, acechándolo sin siquiera saberlo, irrumpiendo en su vida con su presencia.
Los encuentros van en aumento hasta llegar un punto en que Peter comienza a saludarla, quitándose un sombrero imaginario como todo un caballero. Wendy no puede evitar pensar en ese chico tan extravagante e, incluso, escribe sobre él en la libreta donde plasma sus emociones. Comienza a imaginar cómo es, inventando distintas vidas y avivando su curiosidad. sus vidas se volverán a encontrar y, esta vez, será para no desligarse, para dar comienzo a su historia. Una historia en la que Wendy aprenderá a apreciar el valor de estar viva y a ver la auténtica magia, esa que no solo reside en sus libros.
La edición del libro es preciosa y la imagen de portada, increíble. Tal y como dicen las autoras en una entrevista que les he realizado (sí, estad atentos que pronto la publicaré ;)): " [...] F ue ver esta, con el vestido rojo estallando, y sentir una conexión inmediata. Las dos lo sentimos. Sí, sabemos que la portada es rara, arriesgada y que a muchos os costará ver reflejada la historia en ella. Pero para nosotras la portada representa a Wendy, al cambio que experimenta a lo largo de la historia. Es el reflejo de lo que va dejando atrás: sus miedos, sus inquietudes, la manera cuadriculada que tiene de ver la vida. Es su imaginación explosionando, convirtiendo los imposibles en posibles " . Después de leerlo, no podría estar más de acuerdo con ellas. Peter Pan y que tendrán su momento también aquí.
- La magia: A pesar de estar ambientada en el Londres actual, la historia no ha perdido su magia. No hay hadas ni nadie vuela, pero han sabido verla en las pequeñas cosas como en la sonrisa de Peter, los cuentos de Wendy o la amistad de une al grupo de amigos. Todo tiene su dosis de magia.
- El valor de la amistad: Aquí la amistad no es solo sentirte aceptado en un grupo de personas, es ser una auténtica familia, prestar apoyo a quien lo necesita y no dejarle solo ante la realidad que lo atormenta. Ellos son sus propios salvavidas y Peter es el que evita que vayan a la deriva. Son, en resumidas cuentas, los niños perdidos.
- El amor: Este es un tema muy manido y se han escrito líneas y líneas sobre esto, por lo que solo diré que la relación entre Peter y Wendy es muy tierna, casi inocente, que se va forjando a lo largo del tiempo, sin prisas y disfrutando de cada segundo.
- La superación de los miedos: Todos los personajes han sufrido en el pasado o llevan arrastrando un problema durante mucho tiempo. Son hechos de los que no pueden escapar y se evaden refugiándose en su amistad.
Los personajes son impresionantes, así tal cual. Hacía mucho que no leía un libro que describiera con tanto mimo a todos los personajes y no solo a los protagonistas , dedicándoles, incluso, todo un capítulo entero. Son muy realistas y están bien definidos con personalidades distintas. No sabría determinar qué personaje me gustó más, creo que cada uno me transmitió sensaciones distintas.
- Wendy: Es una persona que se siente sola. Soporta sobre sus hombros la fachada de hija perfecta que jamás desobedece y teme echarlo todo a perder si se descubre que, en realidad, es como el resto de mortales. Pero esa fachada cuesta mucho mantenerla y más cuando conoce a Peter, un chico que le hace abrir los ojos y descubrir que la vida está para disfrutarla, experimentar y cumplir tus sueños. Con Wendy volé, alejándome de la monótona realidad.
- Peter: Es un chico soñador pero, en su cielo acechan nubes de tormenta. Se escuda en una sonrisa irreal que oculta el sufrimiento de un pasado que se afana por olvidar. Es más fácil así, si se enfrentara a sus fantasmas solo significaría una cosa: maduraría. Él quiere seguir siendo así, un niño que juega en su guarida con sus amigos, con los niños perdidos, ayudándose los unos a otros a superar sus problemas. Con Peter es muy sencillo sentir esa vitalidad.
Me gustaría hablar del resto de personajes como Charlie o Thomas, pero es mejor que los descubráis y os sorprendáis de la mano de las autoras.
. Yo nunca leo un libro dos veces, salvo contadas excepciones como Uno de los atractivos de la novela es la forma tan espectacular de narrar que tienen las autoras. No esperaba encontrarme con un vocabulario tan rico desde la primera página. Eso es sin duda otro factor que hace que no puedas soltar el libro. Nos llevan de la mano por una historia escrita con mimo, esmero y dedicación, sin soltarnos incluso en los muchos Alas de fuego, de Laura Gallego, y este libro es uno de ellos. En la primera lectura descubres la historia y en la segunda, la comprendes (los que ya lo han leído saben a qué me refiero jaja) giros argumentales que harán que nuestra mandíbula toque el suelo. Ahondan en el alma de los personajes y nos muestran sus sentimientos tal y como son, acercándonos a ellos y haciendo que también los sintamos un poquito nuestros. Quizá la única pega sea que noté cómo el ritmo decaía un poco en la mitad del libro, pero con el final tan emotivo se les perdona todo (ya sabéis que soy de lágrima fácil, ainss).