Recuérdame cada día

Publicado el 21 diciembre 2016 por Santamambisa1

Por Lisandra Fariñas Acosta

Mientras la abuela ve la vida pasar y no la entiende, los otros, nosotros, contemplamos la dolorosa escena del Alzheimer, y tratamos de convivir con el peso de la incertidumbre de despertar y ver cómo se borran también las más viejas memorias.

No sabe más que dar vueltas en círcu­lo sobre los mismos sucesos y personas. Busca detrás, siempre det­rás en la amalgama de recuerdos. Se le escapa el presente. Se ha detenido en un tiempo y una historia. La abuela se ha quedado dormida, pero con los ojos abiertos.

No hay realidad que atrape, entre días iguales y gente igual que no conoce o desconoce. La abuela se ha quedado anclada en sí, inamovible, reciclando cuentos y nombres y otra vez los mismos sucesos que hace minutos contó.

Dicen los entendidos que ha perdido la capacidad de almacenar re­cuerdos nuevos, la dichosa «me­mo­ria a largo plazo», pero también extravió la fórmula de retener una idea por más de un breve, brevísimo instante.

Hay silencio, y la misma historia, que acaso se desdibuja también. Y mientras la abuela ve la vida pasar y no la entiende, los otros, nosotros, contemplamos la dolorosa escena del Alzheimer, y tratamos de convivir con el peso de la incertidumbre de despertar y ver cómo se borran también las más viejas memorias.

PREVENCIÓN

  • Evitar el bajo peso al nacer.
  • Alimentación adecuada.
  • Estilos de vida saludables.
  • Práctica de ejercicio físico.
  • Controlar la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la obesidad en la edad media  de la vida.
  • Evitar el tabaquismo.
  • Controlar la depresión y el deterioro
    cognitivo.
  • Tener un alto nivel de escolaridad y mantenerse activo mentalmente son
    factores protectores.

Tomado de Granma


Archivado en: Salud Tagged: Alzheimer, Enfermedades de la tercera edad, Pérdida de la memoria, salud en cuba