Por Lisandra Fariñas Acosta
Mientras la abuela ve la vida pasar y no la entiende, los otros, nosotros, contemplamos la dolorosa escena del Alzheimer, y tratamos de convivir con el peso de la incertidumbre de despertar y ver cómo se borran también las más viejas memorias.
No sabe más que dar vueltas en círculo sobre los mismos sucesos y personas. Busca detrás, siempre detrás en la amalgama de recuerdos. Se le escapa el presente. Se ha detenido en un tiempo y una historia. La abuela se ha quedado dormida, pero con los ojos abiertos.
No hay realidad que atrape, entre días iguales y gente igual que no conoce o desconoce. La abuela se ha quedado anclada en sí, inamovible, reciclando cuentos y nombres y otra vez los mismos sucesos que hace minutos contó.
Dicen los entendidos que ha perdido la capacidad de almacenar recuerdos nuevos, la dichosa «memoria a largo plazo», pero también extravió la fórmula de retener una idea por más de un breve, brevísimo instante.
Hay silencio, y la misma historia, que acaso se desdibuja también. Y mientras la abuela ve la vida pasar y no la entiende, los otros, nosotros, contemplamos la dolorosa escena del Alzheimer, y tratamos de convivir con el peso de la incertidumbre de despertar y ver cómo se borran también las más viejas memorias.
PREVENCIÓN
- Evitar el bajo peso al nacer.
- Alimentación adecuada.
- Estilos de vida saludables.
- Práctica de ejercicio físico.
- Controlar la diabetes mellitus, la hipertensión arterial y la obesidad en la edad media de la vida.
- Evitar el tabaquismo.
- Controlar la depresión y el deterioro
cognitivo. - Tener un alto nivel de escolaridad y mantenerse activo mentalmente son
factores protectores.
Tomado de Granma
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