Os quiero contar dos anécdotas de cuando mamá fue a Paris con el colegio. Fueron en viajes distintos... Aunque el método de llegada y salida a/de París era el mismo: el tren.
Ese mismo tren con camas que cogimos cuando fuímos por primera vez a Disneyland, fue el que llevó a tu madre con todos los compañeros de clase. Por aquel entonces, los coches-cama eran de 6 literas, y cuando el "cuarto" estaba lleno, había que dormir con las profesoras que nos acompañaban.
La primera anécdota sucedió en el tren. Estábamos casi todos metidos en una cabina, subidos a las literas como buenamente podíamos, y contando historias... ¿de miedo? En una de estas, no sé si fue uno de los chicos quien apagó la luz, o que se apagó por si sola, pero nos llevamos el primer susto, y justo antes de volver a encender la luz, vimos un pollo volando por la ventana. No os riáis, hijas, el pollo pasó justo en el momento en que un tren iba en sentido contrario por la otra vía. Tal vez no fuera un pollo, y sólo fue el sonido que hacen ambos trenes cuando pasan uno al lado del otro, pero el susto que nos llevamos fue de risa.
Así que, hijas, cuando tengáis vuestra primera excursión, haced caso de lo que os digan los profesores, recordar las normas, y pasadlo muy bien. http://diariodealgoespecial.blogspot.com/feeds/posts/default?alt=rss