Recuerdos de generaciones pasadas

Publicado el 18 abril 2014 por Pixfall

En verdad me considero un jugador muy afortunado, pues a lo largo de los años, mi afición me ha permitido presenciar los constantes cambios evolutivos de la industria, pasando de ser un hobby no muy expandido y algo marginal hasta convertirse en un fenómeno cultural y de masas. Desde la NES con sus ocho bits hasta llegar a la PS4 y Xbox One, he tenido la suerte de presenciar algunos de los cambios más revolucionarios, sorprendiéndome por los logros y avances conseguidos por esta fértil industria y sus exigentes usuarios.

Y por eso, al recordar todo el legado que ha dejado tras de sí esta constante evolución, es una verdadera pena que quienes se unieron recientemente a esta afición, no tengan el valioso recuerdo de dicho proceso. Así que una vez más nos ceñimos el traje de la nostalgia mientras nos aprestamos a iniciar este recorrido a través de los recuerdos de generaciones pasadas.

Revistas de videojuegos

Hubo una época en la que las noticias e informaciones alrededor de la industria no se distribuían a través de sitios web o redes sociales. Extrañamente, estos datos venían impresos en una especie de folleto por el que los aficionados debían pagar. Las revistas de videojuegos fueron las primeras damnificadas tras la popularización de la Internet y desde entonces, afamadas publicaciones han ido cayendo poco a poco, existiendo en la actualidad únicamente un puñado de revistas.

Sin embargo, en sus años de mayor influencia, estas gacetas proveían a los jugadores de amplia información sobre nuevos lanzamientos, entrevistas y reportajes, a la vez que analizaban juegos y ofrecían guías completas y trucos de los mismos. Con el pasar del tiempo y mientras el acceso a Internet se masificaba a escala mundial, fueron siendo relegadas debido a la inmediatez, gratuidad y la versatilidad de los sitios web. Sin embargo, esto no ha impedido que cientos de aficionados conserven todavía muchos ejemplares del pasado, intentando rememorar otros tiempos.

Máquinas recreativas

Si nos remitimos a los hechos, cabe decir que la cultura del videojuego nació en las salas de arcades. Mucho antes de que las consolas invadieran hogares, los salones de máquinas recreativas fueron los encargados en crear una base de fanáticos leales. Hoy en día es raro encontrarlos, pues se han convertido en una sombra de lo que fueron en décadas pasadas. Y es que en los 80s y 90s prácticamente cualquier centro comercial tenía entre sus tiendas al infaltable salón de arcades, con su baja iluminación, sus constantes sonidos de explosiones y disparos, pero sobre todo por esa interacción que se generaba entre los asistentes. Por un lado, los reyes de los pinballs, en otro, los capos de los juegos de peleas y el infaltable adolescente que arrasaba en las máquinas de baile.

La cultura del arcade gozó de un importante respaldo hasta que finalmente las consolas caseras supieron alcanzarlas en cuanto a potencia y rendimiento. El golpe de gracia llegaría con la popularización de la Internet, que vino a ser una especie de reemplazo al suplir a los salones como un punto de encuentro para los aficionados. Tras esto, muchos arcades han sido relegados a lugares secundarios en bares, víctimas de un esplendor que ahora parece muy lejano.

La pugna entre Sega y Nintendo

El fenómeno de las guerras de consolas sigue manteniéndose en la actualidad. Justamente con la llegada de la más reciente generación de sistemas, Sony, Microsoft y Nintendo se han visto envueltas en un nuevo enfrentamiento. El origen de esta interminable disputa tiene su punto de partida varias generaciones atrás. Y si bien en el pasado existieron varias consolas compitiendo entre sí en el mercado, siempre hubo un líder indiscutible, como Atari con su modelo 2600 en los 70s o Nintendo con su NES/Famicom durante los 80s. Pero con la llegada de los 16 bits todo cambiaría.

Y es que a Nintendo le salió un grandioso competidor como lo fue Sega, con su Genesis/MegaDrive. De inmediato comenzó una lucha sin cuartel en el que el principal beneficiado fue el consumidor, que tuvo la oportunidad de acceder a verdaderos juegazos, mientras Sonic y Mario (dos de las mascotas más populares de videojuegos) forjaron una de las mayores rivalidades durante los 90s. En una época en la que usualmente solo se podía adquirir una única consola, prácticamente estábamos destinados a ser del equipo Sega o del equipo Nintendo. Hoy en día se mantiene algo de aquel espíritu tan competitivo, pero nada cercano a lo que muchos experimentamos gracias al afán de superación de dichas compañías.

Los manuales de instrucciones

Los folletos de instrucciones que acompañan a los discos hoy en día, dejan mucho que desear. Con juegos con historias más complejas y con el formato digital en pleno auge, los manuales ahora son en su mayoría un par de hojas con escasa información, si es que no han sido eliminados completamente. En definitiva carecen de esa extraña fascinación que despertaban los manuales de antaño, llenos de información sobre controles, mecánicas de juego y una que otra advertencia. Su mayor aporte era el esfuerzo por darle un trasfondo a la historia, sus personajes, enemigos y jefes, a la vez que ofrecían pistas y tips para avanzar, llegando incluso a mostrar descripciones completas sobre los niveles a superar. Constituían una experiencia complementaria al videojuego en sí, una especie de valor agregado que debía descubrir el propio jugador.

La transición hacia las 3D

De entre muchos de los cambios que ha experimentado la industria, sin duda el salto hacia la tridimensionalidad fue uno de los más revolucionarios e impactantes. Durante la guerra entre Sega y Nintendo, los juegos eran mayoritariamente 2D. Algunos juegos experimentaron con una especie de tres dimensiones, que en realidad venía a ser 2.5D. Con la llegada del combo PlayStation/Nintendo 64, todo cambió repentinamente.

Quizás el mejor “tutorial” para adentrarse en esta nueva forma de entender los videojuegos podría resumirse en un juego: Super Mario 64. La primera vez que tomábamos el mando y por primera vez veíamos a Mario moverse en tres dimensiones es inolvidable. Con el pasar del tiempo cada vez más juegos mostraban incluso mayores avances en la materia. Muchos otros también se estrellaron en esta etapa de transición, pero lo cierto es que fueron años verdaderamente mágicos para la industria. Hoy en día la tridimensionalidad es regla general de diseño, y parece muy complicado ver nuevos adelantos en este sentido. Con una tecnología tan potente y versátil, resulta muy difícil imaginar que se puedan introducir cambios igual de dramáticos.

El nacimiento del juego en línea

Hoy en día la amplia mayoría de títulos en el mercado integran capacidades en línea a sus mecánicas de juego. Con cada lanzamiento se le ofrece al jugador un amplio abanico de opciones a las que se accede únicamente en línea, ya sean modos de juego, ítems o regalos. Es una tendencia que ha obtenido tanta fuerza, que ahora son escasos los títulos que incorporan capacidades multijugador de forma local y sin requerir una conexión a Internet.

Pero el panorama hasta hace algunos años atrás era rotundamente diferente. Con un acceso a Internet mucho más limitado e inestable, llegar a formar parte de una partida en línea era un verdadero logro, y una probadita del futuro que se le venía a la industria. El hecho de que dos jugadores, cada uno desde su hogar, pudieran formar parte de una misma partida definitivamente era un suceso destacado, con posibilidades inmensas para su explotación. Hoy en día parece ser que los juegos incorporaron esta capacidad desde siempre, dejando de lado la emoción y la sorpresa de quienes estuvimos ahí cuando el juego en línea sonaba a una utopía.

Los trucos o cheats

Otra muy recordada práctica que lastimosamente se encuentra casi en desuso en la actualidad son los trucos, que tuvieron su boom durante las épocas de 8 y 16 bits. No en vano muchos de ellos han adquirido una notoriedad casi comparable con el mismo juego en el que se usaban. Desde el ‘BARRAL’ de Donkey Kong (para obtener 50 vidas), el ‘ABACABB’ para activar la sangre en Mortal Kombat o el mítico código Konami, esta combinación de pulsaciones tuvo en aquel entonces su época de esplendor. Las generaciones subsiguientes hicieron un uso cada vez menor, hasta encontrarnos en la situación actual, en la que los rankings, los logros y trofeos impiden que este tipo de códigos sigan existiendo. Es más, muchos elementos que antes eran desbloqueables mediante trucos, como trajes nuevos o armas, hoy en día solo son accesibles mediante la compra de DLCs, evidenciando que la industria simplemente ha visto a los cheats como una oportunidad de monetización desaprovechada.

Los sorprendentes avances gráficos

Desde hace un par de generaciones se ha alcanzado un punto altísimo en cuanto a los avances gráficos que ostentan tanto computadores personales como consolas. Mientras nos acercamos hacia un verdadero foto realismo (un punto hipotético en el que no será posible distinguir gráficos generados por computador versus la realidad), el grado de innovación en este sentido parece cada vez menor. No en vano, parte de la emoción al adquirir una nueva consola era el poder comprobar de primera mano el notable salto en cuanto a capacidades gráficas.

Por ejemplo, el salto de los 8 a los 16 bits permitió pasar de un montón de pixeles hacia personajes identificables y fondos mucho más detallados. Qué decir del salto de Saturn, Nintendo 64 y PlayStation hacia DreamCast, GameCube y PS2, en el que pasamos de personajes cuadriculados y sin definición hacia modelos mucho más detallados y cercanos a la realidad. Hoy en día el cambio no es tan dramático y en realidad es mucho más difícil de identificar sin observarlo con detenimiento. Sin ir más lejos, el aparente “salto” entre la anterior generación y la actual a mucho nos pareció bastante insípido, pues a estas alturas estos cambios simplemente no tienen el mismo impacto.