Imponente mole moderna de hormigón y cristal. Azulona tonalidad que no pega en una calle de tanto postín como la de Goya, flanqueada por las igual de aristocráticas Lagasca y Velázquez. No es tanto la estética lo que molesta; más bien la trepanación de los recuerdos.
En el número 14 de la calle Goya, donde hoy se levanta la descrita mastodóntica mole que da cobijo a un Banco y a la Justicia, existió un comercio entrañable, de esos tantos que añoramos. Comercio de fachada de madera, lujosa y artesonada; de escaparate victoriano, características farolas y típico cartel de locales de antaño.
Hablamos de la "GRAN FARMACIA DE GOYA", del Licenciado D. Santiago Temprano Ballesteros. Como reza en el cartel de la fotografía, la distinguida botica funcionaba las 24 horas-vamos, que tenía servicio de guardia permanente, como su actual vecina, la Farmacia Merinero de la calle Goya 12.
Unas señoras de copete se cuelan en el objetivo de la cámara de Salazar. Es el Madrid de 1914 y el Licenciado Temprano posa orgulloso en la entrada de su negocio.
En el Boletín INDUSTRIA E INVENCIONES del 17 de septiembre de 1910 [1], aparece como "nombre comercial solicitado" con el registro número 1.963; el asiento se efectúa el 21 de julio de ese año.
En el mismo boletín, esta vez del 24 de diciembre [2], la Gran Farmacia de Goya aparece como "nombre comercial concedido" con el citado número de registro y bajo la titularidad del Sr. Temprano.
Sin embargo, en el ANUARIO DEL COMERCIO [3] del año 1908 ya figura registrada como tal en la "Lista General de las Señas de los Habitantes de Madrid". Transcribimos la lista de vecinos y comercios que ocupaban el edificio de:
Crespo (Casimiro), pescadería.
Díaz Benito (Santiago), abogado.
Gran farmacia de Goya.
Merino (Santiago), conservas y comestibles.
Palleski (Clotilde), pensionista.
Pogonoski (Alfonso), colegio de San Casiano.
Ron (Antonio María de), empleado.
Lario (Salvario), empleado.
Sanchez (Felipe), empleado.
Temprano (Santiago), farmacéutico."
Retrocediendo en el tiempo hasta el Madrid de 1884, podemos decir que en la calle Goya número 14 se encontraba el Instituto de vacunación del Estado.
La farmacia aparecerá en la publicidad de destacados medicamentos-o panaceas-como lugar exclusivo de venta. Gracias a ellas sabemos que continuaba en activo en el año 1935; luego se pierde la pista.
Dice un artículo de la revista Mundo Gráfico de febrero de 1914, donde se ensalzan las cualidades de la gran farmacia:
" Uno de los establecimientos que más llama la atención por su escrupuloso y constante desvelo en pro del beneficio público es la gran farmacia de Goya, cuyo dueño y director, Dr. D. Santiago Temprano, no omite sacrificio ni trabajo para avalorar con específicos prodigiosos la ciencia farmacéutica.
Esta farmacia cuenta con el material más moderno de investigación profesional y á la vez con inmenso surtido en especialidades farmacéuticas, tanto nacionales como extranjeras. Los productos de esta casa son de pureza garantizada, pues á la vez que se surte de las casas extranjeras de reputación mundial, cuenta con personal técnico para el reconocimiento de todos los productos que recibe, el cual se practica antes de ponerlo á la venta.
[...] Con estos preciosos antecedentes y, además, sabiendo que todos los productos que emplea la gran Farmacia de Goya en la confección de sus fórmulas los recibe exclusivamente en frascos de origen, no puede sorprender y está justificado
que sea este establecimiento farmacéutico del populoso y aristocrático barrio de Salamanca el más favorecido por el público. La clientela, que es numerosísima, sabe que el Dr. Temprano puede cotizar todas las especialidades farmacéuticas existentes con una gran economía, pues todas las existencias las recibe en grandes cantidades, encontrando en ello mayor beneficio para su distinguida clientela.
Nosotros, que rendimos homenaje á todo lo que significa trabajo, altruismo, arte y ciencia, no queremos dejar de hacerlo con esto sabio farmacéutico."
Del abnegado Dr. Santiago Temprano podemos mostrar retrato y decir que en aquellos tiempos trabajaba en la fórmula de su específico "Microbiol", unas tabletas que actuaban sobre la flora intestinal.
Para finalizar, sólo como dato informativo, sumamos a este recuerdo de papel la existencia de un Laboratorio Químico-farmacéutico que Temprano inauguró aquel año de 1914 en la calle Goya, número 23. Incorporaba ese establecimiento las secciones de análisis y esterilización, entre otras, y en él se preparaba una de sus reconocidas especialidades, la "Renoseptina", específico para el tratamiento de afecciones apáticas, artríticas, diátesis, úrica, etc.
Y, por supuesto, no podemos olvidar a la distinguida clientela que frecuentaba la fiable botica postinera. Para todos ellos nuestro recuerdo.
[1] INDUSTRIA E INVENCIONES (1910) Registro de nombres comerciales: Nombres comerciales solicitados. Núm. 12, Tomo 54-99, 24 diciembre 1910. Continuación de la página 87. pp 106
[2] INDUSTRIA E INVENCIONES (1910) Registro de nombres comerciales: Nombres comerciales concedidos. Núm. 26, Tomo 54-223, 12 septiembre 1910. Continuación de la página 212. pp 229
[3] ANUARIO DEL COMERCIO, DE LA INDUSTRIA, DE LA MAGISTRATURA Y DE LA ADMINISTRACIÓN DE ESPAÑA (1908) Lista General de las señas de los habitantes de Madrid. Madrid: Editorial Bailly-Bailliere e Hijos. Año XXX. pp 214 GOIRI-GOYA
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