Para solucionar este inconveniente y, más importante aún, para evitar en la medida de lo posible que no te suceda de nuevo, a continuación encontrarás algunos trucos útiles. No te los pierdas y sigue leyendo...
¿Qué hacer?
Lo que sí debes hacer
- Añadirle un diluyente específico para esmalte de uñas. Hay muchas marcas que los tienen disponibles (ojo, es diluyente, no quitaesmaltes). Si se trata de esmalte en gel, tendrás que utilizar uno específico para este tipo de laca de uñas, porque tiene un componente específico que es el que reacciona con la luz UV.
- Incorporarle unas gotitas de alcohol. Sólo hacen falta unas pocas gotas, que puedes introducir en el frasco de esmalte con una jeringuilla o un gotero.
- Dejar secar bien entre capa y capa.
- Al añadirle diluyente, puedes perder algo de brillo y durabilidad, según el caso, por eso conviene terminar con una fina capa de top coat. Mi consejo: deja secar bien las dos capas de esmalte antes de aplicar el top coat. Yo suelo dejar pasar incluso uno o dos días entre el esmalte y el brillo. De esa forma aumento la durabilidad y evito las posibles burbujitas que se forman cuando no se secan bien las distintas capas de laca de uñas.
Lo que hacer en caso de emergencia
- Ponerlo al baño maría. Coloca la botellita de esmalte en un recipiente con aguay ponlo a calentar Puedes utilizar la cocina o el microondas. Eso sí, debes tener cuidado de quitar la tapa antes, de que no entre agua en la laca de uñas (el agua debe llegar no más allá de la mitad de la botella) y de que no se caliente demasiado. Una vez que adquiera la textura adecuada, retíralo y utilízalo inmediatamente, antes de que vuelva a espesarse. Este truco no lo debes utilizar por norma, porque el calor daña la laca y provoca un efecto rebote, puesto que vuelve a espesarse más aún una vez que se enfría.
Lo que no hacer nunca
- Añadirle acetona o quitaesmaltes. Aunque son los remedios más populares, no son nada recomendables por lo siguiente:
- Ten en cuenta que estos productos sirven para retirar la laca de uñas, no para diluirla.
- La laca de uñas se deteriora de forma permanente. Aunque la veas más líquida al añadirle acetona o quitaesmaltes, volverá a espesarse enseguida y perderá sus cualidades. Y, como la siguiente vez que vayas a usarla verás que está más espesa y grumosa aún, le echarás más quitaesmalte queriendo solucionar el desaguisado; con lo que iniciarás un círculo vicioso que sólo termina tirando tu laca de uñas.
- Dejan el esmalte con aspecto mate.
- El lacado durará muy poco tiempo, dejándolo quebradizo.
- Si has utilizado acetona como último recurso, no te olvides de aplicarte una capa de top coat para aportarle algo de brillo y de duración a tu manicura, aunque la resistencia nunca volverá a ser la original.
Te ayudará...
- Si no puedes abrir la botella, no la introduzcas en agua caliente y haz lo siguiente, porque es más efectivo y no daña el esmalte: enrolla una goma elástica alrededor del aplicador y abre. Verás que puedes desenroscar el aplicador sin problemas. Eso sí, este truco sólo funciona si se trata de una goma sin forrar, de las típicas que se usan en una oficina.
El truco definitivo para abrir los frascos rebeldes...
- Cuando le pongas las gotitas de disolvente o alcohol, ten cuidado de no mezclar agitando el frasco arriba y abajo. De esa forma sólo conseguirás formar esas molestas y feas burbujas que arruinarán tu manicura. Coloca la botella sobre tu mano y hazla rodar, así conseguirás que el el disolvente o el alcohol aligeren el esmalte, pero sin formar pompitas.
Evita que se seque
- Guarda tus esmaltes en un lugar fresco, seco y protegido de la luz. No tengas miedo de recurrir incluso a la nevera.
- Mantenlos siempre en posición vertical, para mantener mejor la integridad de la laca de uñas.
- Mantén el cuello de la botella bien limpio, con acetona pura y un tisú. Nunca con algodón, porque suelta pelusillas que terminan en el aplicador... y luego en tus uñas.
- Píntate las uñas rápidamente para evitar que se seque el esmalte. No dejes el pincel mucho rato fuera de la botellita.
- No te esmaltes las uñas en zonas donde haya viento, corrientes de aire, ventiladores o aire acondicionado, porque la laca de uñas se resecará mucho más rápidamente.
Si está demasiado dañado
- Si por mucho que intentes recuperar el esmalte sigue quedando muy espeso para lacarte las uñas de una forma digna, siempre puedes darle un nuevo uso sin necesidad de desecharlo: las manualidades.
- El esmalte de uñas es perfecto para pintar sobre cristal, cerámica y porcelana. Permite conseguir distintos acabados según la forma de aplicarlo: una sola capa para lograr un efecto translúcido, capa sobre capa sin dejar secar, capa sobre capa dejando secar para obtener mayor relieve... Si vas a utilizar tus lacas de uñas para decorar, te aconsejo que termines siempre con una capa de barniz transparente para preservar tu creación.
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La primera vez que apareció este artículo fue en el blog de La Meiga y Su Caldero.
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