Aprovechando que los "red velvet" son precisamente eso, aterciopelados y esponjosos y que, aunque el rojo no es mi color preferido, las fotos quedan súper alegres cuando predomina este color en ellas...
Ingredientes (para 12 cupcakes)
- 175 gr. de harina
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1/4 cucharadita de sal fina
- 2 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
- 120 gr. de azúcar
- 125 ml. de aceite de girasol
- 1 huevo tamaño L
- 120 ml. de buttermilk (120 ml. de leche + 1 cucharadita de zumo de limón)
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1/4 cucharadita de colorante en pasta rojo
Precalentar el horno a 170º y preparar la bandeja con las cápsulas.
Tamizamos la harina con el bicarbonato, la sal y el cacao en polvo y reservamos.
En otro recipiente batimos el huevo con el azúcar y sin dejar de batir añadimos el aceite, el extracto de vainilla y la buttermilk.
A continuación vamos añadiendo poco a poco la harina y cuando esté la mezcla completamente integrada, iremos añadiendo el colorante para conseguir el color con la intensidad deseada.
Repartimos la mezcla en los moldes y horneamos 20 minutos. Los sacamos del horno y los dejamos enfriar 5 minutos y luego los pasamos a una rejilla.
Aunque no es la primera vez que hago red velvet, sí es la primera vez que no los pongo buttercream o frosting... Decidí adornarlos simplemente con azúcar glass.
Utilicé un cortador de galletas, con el que saqué una plantilla en papel para ponerla en cada cupcake y luego espolvorear el azúcar por encima.
Cupcake sin buttercream = cupcake más ligero = me como dos si quiero... Jejejejeje.
Ana