Redemption ball

Publicado el 12 mayo 2011 por Santiago Tuñez

Son tiempos de gloria efímera y negocios multimillonarios en el mundo de la pelota. Tiempos en los que se necesita una canción de redención. Como aquella que alguna vez entonó Bob Marley. El hombre que le puso el cuerpo a cualquier picado. Tal como lo hizo en 1980, cuando viajó a Río de Janeiro y jugó con Paulo César, campeón con Brasil en México ’70. Y su muerte, de la que hoy se cumplen 30 años, también se debió en parte al sentimiento futbolero. Un pisotón de un periodista, en medio de un partido jugado en 1977, le causó una herida en un dedo del pie. Con el tiempo, se infectó y avanzó como un cáncer hasta alcanzar los pulmones y el cerebro. La triste despedida fue decorada con una guitarra, un moño de marihuana, un anillo…Y una pelota. No podía ser de otra manera.