“El motivo por el que me gusta interpretar determinados personajes es la propia duda que tengo sobre mi capacidad para hacerlo”, —confiesa Gyllenhaal—. “Antoine creyó en mí años antes de que yo ni siquiera lo supiera, y luego en el proceso él seguía creyendo en que yo podía hacerlo. Creo que una fe tan convencida hace que saques lo mejor de ti”.
“Siempre intento no hacer nada que recuerde a otra cosa, así que mi intención fue explicar la historia de Marshall a través de una analogía pugilística”.
“Sencillamente parece tener una capacidad innata de entender el mundo –los momentos altos, los bajos y la montaña rusa emocional”, —explica Fuqua, justificando por qué pidió a Eminem que siguiera involucrado en el proyecto—. De hecho, el rapero fue la primera persona a quien mostró el filme una vez terminado. “Quise ver si lo sentía”, —admite—. “Es una persona que ha atravesado su propia oscuridad. Si salía de la sala sintiendo aún más esa oscuridad, eso quería decir que había hecho mi trabajo”.
Junto con Sutter, Fuqua y Gyllenhaal tomaron la determinación de elaborar un largometraje que fuera tanto una oda realista al deporte como una historia compleja pero narrable de dureza de la vida personal y familiar. Gyllenhaal apunta:
“Lo que me intrigaba desde el principio fue la idea de que Billy es un tipo que se ha construido a sí mismo a partir de su propia rabia y de su propio enojo –se labró una carrera con ello, tuvo un gran éxito y ganó mucho dinero. De hecho, esa ira puede indirectamente acabar por destruirte. Al final, para mí, y sé que también para Antoine, esta es una historia sobre un hombre que se enfrenta a su propia ira y a la idea de lo que significa ser padre”.
“Me di cuenta de que no era simplemente la historia de un solo hombre”, —dice Sutter—. “En realidad era esta historia universal sobre la redención, la superación de obstáculos y demonios personales, y el hecho de poner a los demás por delante de ti”.
“La diferencia está en que Antoine sabe boxear. Ha estado en el ring, ha boxeado y ha sido sparring. Por lo tanto, si hay algo en pantalla que no sea real, él será capaz de verlo. Tiene ojo clínico para el boxeo”.Con el guión de Sutter como punto de partida, Gyllenhaal y Fuqua buscaron la forma de crear un Billy Hope lo más auténtico y fiel posible, combinada con un largo periodo de paciente e intenso trabajo.
“Antoine decidió que me acompañaría en el viaje físico”, —recuerda Gyllenhaal—. “Era fantástico tener a tu director ahí, apoyándote cada día. Esa motivación y sacrificio es lo que nos hacía avanzar a ambos. Creo que esa energía se refleja en la película”.
“Fueron seis meses de trabajo muy intenso y de aprendizaje de las técnicas del boxeo de la forma más rudimentaria”, —afirma—. Sobre la preparación de Gyllenhaal, Claybon apunta que: “Jake le cogió el tranquillo al boxeo mucho antes de lo que esperaba. Llegó con la mente abierta, mientras que hay muchos que llegan haciéndose los gallitos”.
“Existe una cuestión legítima de la vida y la muerte cuando saltas al ring que no se asemeja a ningún otro deporte ni a ningún aspecto de la sociedad, con la excepción de ir al ejército”, —observa—. “Creo que, de algún modo, es una bella metáfora de la vida, porque entras en el ring solo, sales igual de solo, y el viaje que realizas entre esos dos momentos te pertenece solo a ti. Como fan de los combates, observar la fuerza que se necesita para ser un profesional (la voluntad, la preparación, la disciplina y el arte) es algo que me llega a conmover”.
“Creo que los boxeadores son los deportistas más vulnerables de todos, porque en cada ring que pisan se dejan una parte de ellos mismos”.Fuentes:Pressbook e imágenes cortesía de ©Filmaxhttp://www.filmax.comhttp://www.filmaffinity.com/es/film994754.html