Ayer estuve dando una charla a alumnos de un ciclo formativo (gente entre 17 y 40 años) sobre la web 2.0 y los riesgos potenciales de las redes sociales. Después de la consabida explicación de lo que se considera 2.0, participación, interacción y colaboración, fundamentalmente. Tocó hablar de las redes ya que es lo que más les afecta, sobre cien alumnos sólo dos o tres no tenían cuenta en ninguna red social, así que imaginen. A veces pensamos que con sentar a un sujeto joven delante de un ordenador, espontáneamente sabrá utilizarlo y que eso le protegerá de malos usos de la informática. Pero el hecho es que cada vez hay más usuarios jóvenes que utilizan el ordenador sin preguntarse cómo funciona lo que están utilizando. Así dan información sin control o caen en trampas de lo más tonto, simplemente no investigan. Son buenos con el mando de la videoconsola o superando niveles del juego que les gusta pero reaccionan con absoluta ignorancia ante cualquier eventualidad del sistema operativo o del navegador. Esto les viene bien a quienes viven de instalar troyanos o reparar ordenadores con el sistema operativo hecho unos zorros, pero es una forma lamentable de utilizar recursos que dan mucho más de sí.Me estoy enrollando, en resumen, hablamos de los peligros de las redes y de que lo peor que hay es la falsa sensación de seguridad con que se mueven. De la clásica "foto tuenti" en ropa interior que pasado un tiempo les pasará factura (con esto se rieron mucho, ay) y de que cualquier cosa que pertenezca a su intimidad no debe ser ni fotografiada con ningún medio ni contada en ningún medio. Llegado a casa me entero de la noticia del joven multado por subir fotos de una chica en ropa interior que ni conocía, sólo por hacer gracia, lo que refuerza lo que intenté transmitirles, ¿les habrá servido? Quién sabe.Por cierto, yo recuerdo episodios lamentables del los tiempos del IRC, cuando la web sólo era 1.0 aunque no lo sabíamos. Es parte de la naturaleza humana engañar y dejarse engañar, me temo.