Aunque parezca un porcentaje bajo, si lo comparamos con la presencia en la redes sociales de los receptores de una buena parte de estas iniciativas de RSC estamos hablando de una importante presencia. En algún post anterior conmenté la escasa o nula utilización de las redes sociales por parte del Tercer Sector. La mayor parte de las veces esta utilización se reduce (cuando la hay) a una pasiva presencia en Facebook. Ya si hablamos de la presencia en una red social más exigente en actividad como puede ser Twitter, esta se reduce a la mínima expresión.
Un ejemplo práctico que me sucedió esta semana, es un comentario que le hice a un buen amigo y directivo de una entidad. Estamos hablando de una entidad en la que dentro de la modestia de los medios con los que cuenta realiza una gran actividad formativa, de incidencia e influencia en Cooperación al Desarrollo. El comentario que le hice, medio en serio medio en broma, es que necesitaba un Community Manager, ya que por ejemplo sus comunicaciones sobre actividades la hace como años atrás, careciendo de una identidad digital, hoy en día pienso que algo más que necesaria. Espero que no se lo tome a mal al leer estas líneas porque simplemente es un ejemplo, pero es un reflejo del sector…
Sin embargo, es en el campo de las redes sociales en el que las entidades de menor envergadura le ganan la partida a las grandes entidades y la razón es sencilla: estas pequeñas o medianas entidades necesitan “buscarse las lentejas” y por ello la proactividad impera en el día a día. Otro rasgo importante es que estas entidades de menor rango se nutre de menos burócratas y están conformadas por “emprendedores sociales”. Tema por cierto para otro post.
Volviendo al principio del texto, podeis consultar el informe en cuestión aquí.