Esta noche comenzamos la nueva temporada de hangouts (esto me recuerda a las series de TV) de Genealogía y la estrenamos con una palabra muy de moda: Redes Sociales.
¡Pero si eso es para gente extremadamente joven!¿Recuerdas hace una pila de años cuando aparecieron los primeros móviles o teléfonos celulares? Eran del tamaño de un ladrillo y cuando veías a alguien con él en la mano te causaba admiración -o asombro- que se animara a llevar ese enorme cacharro. Pensabas que seguramente lo usaba para su trabajo, porque sino parecía poco necesario cargar con ello y encima que la gente se volteara a mirar a ese tipo como si fuese un astronauta.
¡Pero si no me gusta hablar de mi vida!
No tengo cuenta de Facebook, me han invitado cientos de veces pero no me interesa...
Crédito imagen:amovilcomunicacion.wordpress.com
Bien, llegados hasta aquí quiero pedirte que cuando salgas a la calle observes a tu alrededor. Puede ser en el metro, el autobús, la oficina, el banco... mira cuántas personas llevan un teléfono móvil y las edades que tienen. ¿Qué ha cambiado desde la época del ladrillo?Mi suegra a sus 84 años usa el teléfono móvil (la mitad de las veces no lo atiende o lo lleva sin batería) y mi hija mayor insiste con tener uno cuando cumpla un año más -cosa que dudo-. Con esto quiero decir que aunque nuestra primera reacción sea la de rechazar una tendencia, hay algunas que sólo son modas pasajeras y otras que llegan para quedarse. Debemos discriminar cuáles durarán un suspiro y cuáles seguirán entre nosotros y aprovecharlo.
¡Te espero esta noche!