¿Puedes creer que una señora que no conozco, me dijo que mi hijo era muy berrinchudo?. Así comenzó una conversación con un grupo de amigas del colegio, una de ellas estaba realmente molesta por que había surgido un incidente en donde una persona en el súper mercado había presenciado una escena cero agradable entre su hijo de 5 años y ella. Sin entrar a más detalles dejándola hablar, escuchaba callada su lista de justificantes de como no había sido correcta la intromisión de esta persona, y claro!, ¿a quién no le molestaría que juzgaran a sus bellas criaturas?.
De ahí me puse analizar la cantidad de miles de situaciones similares, dónde las mamás, no todas, pero si la mayoría justificamos el comportamiento de nuestros hijos, haciendo de un terreno fértil para principios y valores, un campo minado para la sociedad. Y es que así como avanza la tecnología, también la saturación de talleres, conferencias, escuelas para padres, etc. y me pregunto; ¿por qué no existe algún seminario o curso dónde se desempolve el sentido común?.
Desafortunadamente hemos creído la idea de que otras personas tienen un nivel de inteligencia y preparación supremo que nos darán los consejos y guía práctica para convertir a nuestro diablillo en una tierna criatura angelical, pues: ¡oh sorpresa! déjenme desilusionarlos, nadie absolutamente nadie tiene la receta perfecta para la crianza de nuestros propios hijos, ojo; no desestimo que pueda haber consejos invaluables, o tips que nos ayuden a salir de nuestro utópico modo de crianza. La sorpresa es que necesitas mucho, pero a la vez nada para lograr una educación consciente; así es, mucho, porque para que el sentido común que todos los seres humanos tenemos, pero pocos llegamos a redescubrir, necesitamos un gran trabajo interno, un trabajo de alta autoestima, un trabajo de valorización y aceptación profunda y sobre todo y lo más importante, disponer de tiempo, de mucho tiempo por que como toda buena receta requiere los mejores ingredientes y paciencia para que quede delicioso.
Así que sí deseas encontrar todas las respuestas para no equivocarte en la educación de tus hijos: no las hay. En cambio te invitaría a no desgastarte en descubrir el hilo negro; ¡ ya existe y lo conoces!, si tu hijo fuera un desconocido y lo saludaras como te gustaría que te contestara, si tu hijo fuera el cajero del banco que te atiende, como te gustaría que que fuera su trato hacia las demás personas, si fuera un importante político y tu su votante como te gustaría que te escuchara, pensando desde la empatía, creo que en efecto la educación que le damos a nuestros hijos no solo nos incumbe a nosotros, impacta a una sociedad en general. Así que si algún día te pasa lo que a mi amiga en el super, y te toca presenciar un berrinche, no solo con un niño, también puede ser un señor pitando en medio del trafico, una señora gritándote por meterte en la fila, un chavo haciéndote alguna seña obscena por no dejarlo pasar, detente por un momento y desempolva tu sentido común y asume conmigo que lo que somos algunos adultos, es un grito desesperado de la falta de limites, tolerancia y autoestima que tuvimos a lo largo de nuestro camino educativo.