No es fácil escoger una de las múltiples equivocaciones de la Administración Obama, pero vamos a hacer un esfuerzo para ilustrar esta generación de incompetentes que le ha tocado al país, y que no se ciñe solamente al presidente, sino que va más allá, hasta algunas de las lumbreras que le han rodeado estos años.
Allá por el mes de julio, en plena canícula veraniega, nos sorprendió el anuncio de los responsables políticos con los planes para reducir en 40.000 soldados el ejército estadounidense. ¿40.000 más? Se preguntará con razón el inquieto lector con dos dedos de frente. Pues sí, 40.000 más que se suman a los recortes ya efectuados con anterioridad.
¿Responderá esto a razones objetivas y que el mundo es un lugar de paz y tranquilidad en el que todos nos damos besos y abrazos en armonía y hermandad? Se seguirá preguntado el inteligente lector. Pues no. De hecho, el mundo es un lugar enormemente peligroso con riesgos reales a la vuelta de la esquina.
De ahí la tontería mayúscula que supone recortar esos efectivos militares y dejar a Estados Unidos con un ejército más pequeño que antes del 11/S. Hágase de cruces y créaselo. Hay políticos que tienen un cuajo tremendo. Lo grave de esta situación, de estos recortes insensatos, es el debilitamiento de la seguridad nacional, porque no se engañe, estos recortes de personal no se quedan ahí, sino que afectan al entrenamiento y la preparación ante los conflictos. La degradación de la disponibilidad del ejército para el combate se está empobreciendo hasta límites peligrosos, y los responsables de esta situación tienen nombres, apellidos y una jeta que se la pisan.
Hoy, que tenemos que afrontar intervenciones militares en varios escenarios para derrotar al Daesh (Estado Islámico), o para disuadir a Rusia de sus locos planes bélicos, nos encontramos con que sólo disponemos de un tercio de las brigadas del ejército listas para entrar en combate y nuestro ejército apenas puede ejecutar las estrategias de defensa que bien que se nos exige diseñar, planificar, proyectar, ordenar, disponer y empaquetar con un lazo listo para regalo. O lo que es lo mismo: lo que va de que un plan militar lo planifique un buen estratega a que lo haga un plumillas político con aires de superioridad intelectual.
Ya he denunciado antes, en público y en privado, ante un foro entendido y ante el público que no tiene ni idea, acerca de los riesgos de los recortes indiscriminados en materia militar. En fin, para no aburrirles demasiado, les daré unos datos reveladores: los recortes de personal y entrenamiento, que ya han sido enormes, van a continuar de la mano de esta Administración Obama y de cualquiera otra demócrata que pudiera ser elegida, a la vista de sus declaraciones e intenciones. Desde el año 2011, el presupuesto base del ejército se ha reducido en un 17.6% en términos reales. Si incluimos la financiación de las Operaciones de Contingencia en el Extranjero, el presupuesto del ejército se ha reducido en un 41.8% desde 2011, que suponen los peores recortes generales en el presupuesto de seguridad nacional, que bajó un 15% durante el mismo período. Más cifras: en 2011 había 566,000 soldados en el ejército. Ahora hay 490,000 y estos recortes reducirán esa cifra a 450,000 a finales de 2017. Los planes políticos demócratas detallan cómo y dónde planea recortar esos 40,000 soldados. Datos reales, no cháchara políticamente correcta para impresionar al público.
Tomemos perspectiva, damas y caballeros: tras aplicar estas sangrías de personal, el ejército se reducirá a alrededor de 30 Equipos de Brigada de Combate (BCT), o sea, 20 BCTs por debajo del mínimo necesario para mantener a Estados Unidos seguro y protegido, según la evaluación que hacemos numerosos expertos en estas cosas de la defensa.
¿Qué quiere más datos para justificar que ponga el grito en el cielo? No se me ponga gallito o gallina, que aquí los tiene: los recortes también afectan a la modernización del ejército, que ya se ha reducido en un 25%.
Con la de enemigos que hay por ahí fuera, y aquí en casa algunos se empeñan en dejarnos con un martillo y unos alicates para protegernos. Y es que con nuevas e inteligentes inversiones, no excesivas, que no es lo mismo, podríamos haber desarrollado programas importantes y necesarios, como los nuevos vehículos de combate y los helicópteros de búsqueda, que han sido eliminados.
La situación global del ejército es esta: haciendo malabarismos para mantenerse en pie, casi siempre a costa del esfuerzo de los soldados, buscando un equilibrio que garantice la seguridad nacional. Si se ejecuta el recorte de 40.000 soldados, llevaremos al ejército a una situación precaria. O como dirían en mi tierra: entre todos la mataron y ella sola se murió.
Lo grave de todo esto es que este ejército recortado por Obama y sus "sagaces" consejeros políticos, harán inviable que tengamos la capacidad necesaria para ejecutar la Guía Estratégica de Defensa. Si tenemos en cuenta las amenazas que enfrenta Estados Unidos, vemos claramente que no es el momento de reducir nuestro potencial de combate y las capacidades militares. De verdad que no, Mr. President. Debería usted evitar poner su firma en esos documentos que autorizan la reducción y que nos colocan en una posición muy complicada para proteger al país de las amenazas que afrontamos en el mundo.