¿Te has preguntado alguna vez porque se envuelve a los recién nacidos y a los bebés en una manta? Además de ayudar a calmar al bebé, envolverlos en una manta (también conocido como fajarlos) es una de las importantes medidas que ayudan a mantener la temperatura corporal de la criatura. La temperatura axilar normal varía en un recién nacido entre 36.4 ˚C y 37.2 ˚C (97.5 ˚F – 99˚ F). Temperaturas fuera de este intervalo pueden indicar or conducir a un problema.
Los recién nacidos son mucho más vulnerables a la pérdida de calor comparados con los adultos por varias razones:
- En primer lugar, la proporción entre el tamaño de su cuerpo y el área de la superficie de su piel es más alta, y por tanto tienen más superficie desde la que perder calor corporal.
- En segundo lugar, los bebés nacen menos cantidad de tejido adiposo lo que los deja con menos aislamiento natural para mantenerse calientes.
- Tercero, y al contrario que los adultos, los recién nacidos son incapaces de generar calor corporal tiritando. Éste es un factor muy importante y desconocido por muchas madres que juega un papel muy importante en su capacidad para mantenerse caliente. La forma primaria de termogénesis (producción de calor) de un recién nacido es a través del metabolismo de grasa parda.
Si una baja temperatura corporal en un bebé no es remediada puede conducir a una situación llamada Estrés por Frío o Golpe de Frío y posteriormente a hipoglucemia. Hipoglucemia ocurre cuando el nivel de glucosa en el suero sanguíneo cae por debajo de 40mg/dL, un problema al que los diabéticos se enfrentan diariamente. En consecuencia es importante comprender como prevenir la excesiva pérdida de calor en tu recién nacido y asegurarse que la temperatura corporal de tu bebé permanece en el intervalo de seguridad recomendado.
Ahora ya sabemos lo importante que es prevenir la pérdida de calor corporal en bebés y recién nacidos. En la segunda parte de este artículo hablaremos de las diversas estrategias para mantenerlos calientes.