El reencuentro de una porteña treintañera con su madre radicada en Miami hace casi dos décadas constituye el disparador de La excusa del sueño americano, documental que Florencia de Mugica, la hija en cuestión, y Laura Mara Tablón filmaron en la célebre ciudad-puerto del estado de Florida. Mientras retratan un vínculo a todas luces afectado por la distancia y por dificultades de comunicación, las realizadoras amagan con desenmascarar el histórico american dream que encandila a tantos habitantes de América Latina y de otras regiones consideradas periféricas.
Resulta prometedora esta película que comienza con las dos protagonistas atentas a una vieja filmación casera donde ambas cantan ante cámara. Madre e hija buscan reconocerse en ese testimonio de un pasado en principio enternecedor, donde la primera es joven y la segunda, una niña. La complicidad de entonces parece faltar en el presente incómodo que transcurre en el departamento de Silvana y en distintos rincones miamenses.
Esa incomodidad es una de las secuelas que años atrás provocó una separación tan prematura como prolongada y poco explicada, y por otro lado refleja las dificultades de las protagonistas –sobre todo de una– a la hora de ignorar la presencia del equipo de filmación. Circunscripto a la instancia de rodaje, este segundo factor atenta contra el tono intimista que suelen buscar los ejercicios de este tipo, por ejemplo la inolvidable Bloody daughter de Stéphanie Argerich que se exhibió en el BAFICI de 2013.