Primero fue Singapore, ciudad y país nuevos para mi, una cultura diferente y maneras de hacer y vivir que aún no conocía, me sentía un turista, fotos por aquí, por allá, lugares nuevos, gente nueva... me sentí como en vacaciones.
Luego volví a Tokyo, la que fue mi casa por casi dos años. Primero he de decir que me estresó, estar en la cola de inmigración 45 minutos cuando en Singapur en 5 minutos estaba dentro con el pasaporte sellado me estaba poniendo de los nervios, luego pagar 30 euros para coger un tren que me llevaba a mi destino cuando en Singapur en taxi me costo 15 euros tampoco ayudaba y por último meterme en la Yamanote con las maletas y a petar de gente no fue lo mejor de mi regreso...
A partir de ahí llegué a casa de los amiguetes amablemente me dieron un trocito de su casa para alojarme (Nere y Lorco mil gracias), empezaron las conversaciones, los recuerdos, las puestas al día y todo volvía a tomar forma, luego un paseito por la ciudad que fue mi casa y ya estaba, era como si el tiempo no hubiera pasado, como si nunca la hubiera dejado.
Volví con la idea de ser un turista en Tokyo, de hacer como si no la conociera, de visitar sitios que aun no había visto y camuflarme como uno de esos extranjeros que la visitan cada año, pero no ha sido posible. Aunque me guste conocer sitios nuevos lo que mas me gusta es lo de siempre, perderme por sus callejuelas en la noche guiado por las luces de sus pequeños locales sin rumbo pero con 1000 y una foto que sacar.
No puedo hacer turismo por Tokyo como un recién llegado, creo que esta ciudad y yo nos empezamos a conocer ya hace un tiempo y me gusta disfrutarla fuera de los tópicos, fuera de sus clásicos, me gusta disfrutarla poco a poco, callejón a callejón, sin prisas, sin rumbo...
Y soy de los que creo que una ciudad por si sola no te enamora o al menos no te atrapa, normalmente hay unas personas que ayudan a ello, y en mi caso es así, personajes que conocí en Tokyo y que una vez fueron como mi familia. Fue reencontralos y sentir que el tiempo no había pasado, que esta pausa de 10 meses en Barcelona no existió, que parece que fue ayer cuando eché la última copa con ellos y hoy simplemente volvemos a salir.
Tokyo es una ciudad que me enamora, pero no sería la misma sin la gente que he conocido aquí.