¿Te gusta escribir?, da igual cual sea la respuesta que demos, no existe el aprobado o el suspenso, cualquiera respuesta vale, será aceptada y aprobada, tendrá el beneplácito. Da igual que nos guste o no escribir, todos somos los autores de nuestra historia, la que nos hemos creado. En la que hemos decidido pasar nuestros días, y no hace falta siquiera ser conscientes. El paso de los días nos mimetiza automáticamente con ella, con nosotros.Nos mimetizamos porque es la historia que queremos vivir, nos gusta la narración, el ritmo de esas palabras, la melodía tan armoniosa que tiene, al menos para nuestros oídos. Construímos una historia, nuestra autopista de peaje justo a nuestra medida, como nos gusta, como nos sentimos identificados, para estar "como pez en el agua". Para nosotros es la vida perfecta, el sueño ideal, el paraíso construído en la tierra. Aunque realmente conforme la historia camina, ya por sus propios pies. Cada vez que miramos un poquito dentro, vemos que realmente no avanza, ni sueños, ni metas, ni proceso. Algo está pasando, pero no queremos ver. Estamos tan tan, pero tan mimetizados que no es imposible ver claramente, sólo vemos pequeñas partes. La existencia de esas partes son el motor para nosotros o para los demás de que algo va mal. Y poco a poco y a base de mucho esfuerzo y sobre todo aceptación, es cuando vemos que para no gustarnos escribir, nos hemos editado más de un Quijote. Sin querer ver no sólo que existen infinidad de versiones de nuestro Quijote, sino que en la librería existen muchísimos más libros, porque mal negocio haría el librero si vendiese sólo el nuestro. El librero como buen mercader, sabe que si una historia es buena y vende, cuanto más no venderá si tiene para todo tipo de gustos, estilos, personas, para satisfacer el paladar de cualquier tipo de imaginación. Tendrá los bolsillos tan llenos de dinero como la mente llena de información. Y con muchos conocimientos adquiridos se pueden crear y construir tantas nuevas historias como sean necesarias. Y poder seguir caminando, tanto por nuestras historias nuevas como por las de otros.Caminar, caminar y seguir caminando, es necesario, más que nada es que no queda otra alternativa, y mejor acompañado. Que las novelas como los caminos son largos, o cortos, pero es necesario que tengan destino real. Un nuevo punto de partida, hacia otro lugar. Terminamos un libro, lo disfrutamos, y mientras nos alimentamos y buscamos otras historias, para escribir nuestra siguiente obra, tenemos público esperando, ver otras versiones.