Siempre fui un gran fan de los referéndums, echaba mucho en falta que en España no los hubiera. Con el Brexit cambié de opinión. A ver, sin duda constituyen una herramienta genuinamente democrática, preguntar a los ciudadanos qué decisión quieren tomar por mayoría ¿no? Bien, pero esto no puede hacerse a la ligera. No sin informar bien y durante un tiempo suficiente a los votantes de las ofertas de las distintas opciones (normalmente dos) y sobre todo de sus consecuencias. Y tampoco es de recibo que quienes defienden una de ellas, en especial la que supone un cambio profundo, después puedan desentenderse de dirigir su ejecución. Justo como ha pasado en Gran Bretaña. Pese a mi mala experiencia con la política, pienso que la democracia parlamentaria representativa, es el mejor método para hacer unas ofertas de gobierno y dirigirlas si resultan ganadoras en las elecciones. A cargo de unas personas responsables, comprometidas y dedicadas a ello. Incluso eventualmente para convocar y conducir un referéndum y sus resultados. Dejar la toma de decisiones importantes en la ciudadanía puede ser un refugio tras el que esconder la irresponsabilidad y la cobardía. Pienso que es lo que ha ocurrido con la salida del Reino Unido de la Unión Europea, algo que traerá consecuencias económicas negativas incluso para los que creen desearlo. Unos lo usaron como amenaza para ganar votos (UKIP) o privilegios (los tories ante Europa), otros sabían que era nefasto, pero no se atrevían a defender a las claras la permanencia porque no era políticamente correcto (algunos tories, los laboristas) y los que de verdad la defendían (los liberal-demócratas) no pasan de 3ª o 4ª fuerza. En realidad los tres primeros grupos pensaron que nunca ganaría porque el pueblo británico no iba a ser tan insensato y así ellos podrían seguir cómodamente instalados en su posición de indignados con Europa. Lo malo de tener una fiera por mascota es que tarde o temprano se vuelve contra ti
Todo esto tiene para mí un paralelismo evidente con lo que está sucediendo y puede suceder en Cataluña. Lo primero diré que para mí no tiene sentido obligar por la fuerza a ser mi paisano a quien no quiere serlo. Es decir, si existiera una aplastante mayoría de catalanes convencidos de no seguir con España, pienso que no habría hijo madre, que pudiera parar su separación. Observo que mucha gente ya habla de los catalanes refiriéndose a los independentistas catalanes, como si lo fueran todos, lo cual dista mucho de la realidad. Según 2ª encuesta C.E.O. de 2017 estos son los porcentajes de catalanes que se muestran a favor de las distintas opciones:
- 34,6% estado independiente,
- 30,5% comunidad autónoma,
- 21,7% estado federal,
- 9,1% no sabe,
- 5,2% región,
- 2,6% no contesta.
Lo que hace un 65,4% de catalanes en principio abiertos a una solución dentro de España. Para mí eso sí es una mayoría casi aplastante.
Escucho mucho el argumento del derecho a decidir. Pues claro que los ciudadanos de Cataluña y del resto de España deciden en elecciones en las que votan, desde 1977 y dentro de la legalidad cuya cúspide es la constitución aprobada en referéndum en 1978, por mayoría aplastante en todos los territorios (mínimo Guipúzcoa 64,6%). Si no nos gustan las decisiones tomadas o la propia constitución, habrá que cambiarlas, pero a través de nuestros representantes electos dentro de la legalidad ¿que no son mayoría los que piensan como nosotros? Pues habrá que seguir votándoles y convenciendo a otros para que lo hagan, pero la democracia funciona así. Entendería perfectamente el argumento si Cataluña hubiera sido un territorio incorporado a España recientemente por la fuerza. Sin embargo resulta que, veamos un poco de historia:
- Unión dinástica entre Aragón y Barcelona (Corona de Aragón): 1164
- Conquista de Mallorca: 1229
- Conquista de Valencia: 1245
- Unión de Castilla y Aragón: 1516
- Nueva Planta: 1707
¿Vosotros veis la invasión e incorporación por las tropas castellano-leonesas por alguna parte? Pues yo tampoco. Resulta que (obviando que se llamara Condado de Barcelona), Cataluña es uno de los territorios fundadores del actual Reino de España tal y como es, al igual que Asturias o Navarra. La unión con la Corona de Castilla fue pacífica y voluntaria para los gobiernos de la época que eran los reyes. Al término de la Guerra de Sucesión, es cierto que Cataluña estuvo más bien en el bando perdedor, pero no todo fueron malas consecuencias, con la nueva dinastía los súbditos de la Corona de Aragón por fin tuvieron acceso al imperio español en América y a un mercado interior español proteccionista respecto del exterior, pero sin aranceles internos, lo que era la envidia de alemanes o italianos que no verían esas ventajas hasta 150 años más tarde en sus propias naciones. A lo que voy, sucede que todos mis antepasados han estado en su patria en Cataluña desde hace 850 años por parte de madre y 500 por parte de padre. No sé si me parece legítimo (a mí que me llamo Ferrer…) que una persona que llegó allí hace 20 años o que llegaron sus padres como mucho, desde Galicia, Portugal, mi querida Extremadura, Andalucía o Marruecos, me pueda declarar extranjero porque es su derecho a decidir. Y no es cuestión de Rh o barretina, hago este comentario como reducción al absurdo, porque es notorio que son este tipo de gente la más a favor de la independencia y no los que tienen 8 apellidos catalanes. Pues sinceramente, no me lo parece, no por la mitad más uno de votos desde luego. Llevo 17 años en Madrid y se me ocurren un número de razones por las que podría ser conveniente (egoístamente) para los que vivimos aquí ser un estado independiente de España y dentro de la UE, pero en absoluto me siento legitimado para declarar extranjero en Madrid al cántabro, murciano o canario. En Madrid también entraron las tropas de Franco por cierto, tras una dura resistencia.
Descartado el argumento histórico por mitológico – ficción, veamos el del derecho a decidir por capricho, porque nos conviene. Si se concede ese derecho a los catalanes, inmediatamente estaréis de acuerdo conmigo en que lo mismo ha de tener cualquier provincia, comarca, municipio, incluso barrio, respecto de la Cataluña independiente. Derecho a decidir quedarse en España (Valle de Arán…). El argumento nacido del egoísmo ombliguista tiene en sí mismo su propia trampa
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Según ara.cat (junio 2017) el 68,5% de los catalanes está a favor de realizar un referéndum sobre la independencia. Bueno, esto también es una mayoría aplastante y en mi opinión la respuesta por parte del gobierno español no puede ser eternamente no o la ausencia de respuesta. Siendo así, para mí está claro que sí hay que hacerlo. Desde el punto de vista de alguien que quiere que Cataluña siga en España, como los últimos 850-500 años, creo que negarlo es contraproducente y sólo hará crecer el número de partidarios de la independencia. Entonces referéndum sí, pero organizado y controlado por el Gobierno de España. En un plazo de dos años desde su convocatoria. Tras 40 años de hegemonía propagandística, institucional, educativa nacionalista, es necesario explicar bien y activamente por qué queremos que sigan y les conviene seguir en España y esto tiene que asumirlo el gobierno y los partidos constitucionalistas que le apoyen en esta causa. Los separatistas ya explicarán lo suyo y parten con ventaja. Con dos opciones muy sencillas, te quedas o te vas. Un buen modelo me parece el referéndum de David Cameron para Escocia (por contra al del Brexit); en él gobierno y oposición británicos pusieron todo el esfuerzo por la permanencia y por supuesto ganaron.
Si el órdago separatista de estos días (septiembre 2017) triunfase por una hipotética rendición de España, los únicos que obtendrían un resultado coherente con su programa son las CUP. Cataluña aislada del mundo, como una reserva india, fuera de España, la UE, el euro, la OTAN y todos los organismos y facilidades internacionales a los que pertenece ahora con España y a los que como mínimo tendría que solicitar de nuevo la adhesión. Fronteras como las de antes con Francia y con España, con aduana, aranceles y control de pasaportes y sanitarios, personas y mercancías. En definitiva, el hundimiento. Las CUP y sus votantes estarían contentísimos, pero lo dudo mucho que los del PDeCAT, incluso ERC y esto hay que explicárselo, hacérselo saber, porque creo que lo ignoran. Esto por supuesto es una hipótesis, porque esa mitad cuando menos de catalanes que quieren seguir con España no se van a ir tan fácilmente si hay una declaración de independencia unilateral y tienen todo el derecho constitucional a reclamar la defensa de sus derechos al estado español.
Pienso que es importante que, negociado con el gobierno catalán, se haga ese referéndum si la Generalitat lo solicita oficialmente y que vaya a votar todo el mundo, también los que quieren seguir con España. Porque en un referéndum ilegal, lógicamente estos últimos entienden que su opción es no ir a votar. Después ya habrá tiempo para modificar la constitución, el modelo de estado, tomar las medidas que sean, según las mayorías democráticas que se formen y sus propuestas.
Y los demás debemos decir clara nuestra posición y por qué, dejar de ponernos de perfil. En el resto de España, dejar claro nuestro cariño por Cataluña (si es que lo hay). Si alguien se está planteando abandonarte, el insulto o la indiferencia no es muy buena política. Y en Cataluña, ese porcentaje elevado que parece que se quedan aparte, que no sienten entusiasmo por España pero tampoco quieren la independencia, que se piensen bien las consecuencias de cada opción y que se decidan por una (a ser posible por la permanencia) y que la defiendan, sobre todo en las elecciones. Hay opciones de todos los colores para seguir con España.
Respecto del argumento del sentimiento: Yo no me siento en absoluto finlandés y sin embargo considero que el tener los mismos derechos y marco institucional en Helsinki, Berlín, Atenas, Dublín, Roma o Madrid, es una ventaja para mí, sobre todo para mis hijos y recíprocamente para los ciudadanos de esos estados. También estar juntos de cara al resto del mundo nos da ventajas, por eso soy un firme unionista europeo y estoy dispuesto a que España ceda soberanía a la Unión Europea para lograrlo. No sé si me nota, pero estoy interesado en los derechos de las personas individuales y en todo caso de las familias, no de los territorios. Ya me sentiré yo lo que considere oportuno. Así que este argumento se reduce al del egoísmo caprichoso.
Por último: Si eres catalán/a y quieres seguir siendo español/a, que sepas que tienes todo mi apoyo y cariño y que al menos yo, no te dejaré tirado/a. Si eres independentista, tienes mi respeto y estoy dispuesto a escucharte, en tanto en cuanto esto sea recíproco, pero no lo confundas con complicidad para esa causa. Y si eres español/a y quieres que Cataluña siga siendo parte de tu tierra, te pediría que no mires para otro lado y que lo manifiestes, para que unos y otros lo sepan.
Sobren arguments,
falten dissidents,
per fugir d’aquí,
no cal ser valent.
Dorian – “Ara”