La Toponimia de ciertos lugares de la geografía, en este caso tarraconense, hablan por sí solos, sirviendo de descripción, o al menos en los tiempos pretéritos de su “fundación”. En esta línea, Altafulla hace alusión a la disposición en alto de la hoja. De este modo, su escudo es un Blasón en cuya composición se representa sobre un fondo de color amarillo (oro) en el que surge desde su parte inferior la figura estilizada de un monte heráldico de color rojo que está unido por su parte superior a la figura de una hoja vegetal, de color verde. A veces esta hoja simple se ha sustituido por una compuesta de unos cinco foliolos. No obstante, el origen toponímico de la localidad es árabe, significando “el pedazo de tierra”. De una forma o de otra queda patente el sello que el entorno natural hizo en su momento a sus pobladores para definir la zona.
Altafulla es un municipio de origen medieval de la comarca del Tarragonés en la Provincia de Tarragona situado en la Costa Dorada. Su rango altitudinal va desde el nivel del mar hasta unos 50 metros sobre el mismo, y una población aproximada de 4800 habitantes.
En relación a la economía, el peso fuerte es el turismo y todo lo que el conlleva (hostelería…), pues el sector primario ha quedado relegado a un papel residual, al igual que el pesquero.
Altafulla celebra su fiesta mayor en el mes de noviembre, coincidiendo con la festividad de San Martín; en septiembre del 6 al 11 celebra la Fiesta Pequeña.
Su núcleo urbano se enclava junto a la costa meditarránea. Localidad que ha diferencia de otras, no presenta grandes edificios de apartamentos, y todavía conserva alguna zona “verde”. Su “paseo marítimo”, recuerda su otrora tradición pesquera, con pequeñas casas, morada antaño de pescadores, y hoy, alojamientos de alquiler para Turistas.
Su playa como muchas otras se caracteriza por su suave pendiente, y escasa profundidad, con aguas relativamente tranquilas.
Permite multiples actividades en contacto con la naturaleza, desde las asociadas a la playa, el paseo o senderismo por zonas forestales, acantilados…, recorridos en bicicleta, otros muchos servicios comerciales destinados al ocio y al turismo la complementan.
Llama la atención el gran tránsito marítimo del Puerto de Tarragona, con grandes buques desplazándose lentamente con sus bodegas repletas, así como, el vuelo de no pocos aviones que llegan al aeropuerto cercano, todos ellos divisados desde la playa de Altafulla, sin olvidar la línea férrea trazada a poca distancia de la costa y prácticamente paralela a ésta.
Las calles en la zona alta y antigua de la localidad, su trazado, los restos de lienzos de muralla, accesos de la misma… evidencian su origen medieval (sXI), allá por aquel periodo denominado de la Reconquista. Sucesivo señorío de Familias de la Nobleza Catalana. Sin embargo, la historia de sus primeros moradores en Els Munts retrocede al menos a época romana, siglo IV.
Diferentes paseos por el entorno natural (lo que queda o lo regenerado entre construcciones) son posibles, por ejemplo el que recorre la costa en dirección nordeste por los “acantilados” entre matorral, roca, pinos, algarrobos, partiendo desde Altafulla hacia el faro (ya en término de Torredembarra), otro posible es desde Altafulla hasta el Castillo de Tamarit, atravesando la Riera del Gaia en la que podremos escuchar el canto de los pajarillos, y donde encontraremos bosque típico de ribera (fresnos, álamos…), alguna encina de porte generoso, y ya en el entorno del Castillo de Tamarit, pinar. Sin olvidar finalmente, el paseo por la orilla del mar Mediterráneo, mar que tanto ha marcado nuestro devenir pasado, y tal vez, futuro.
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