Pero, después de varias semanas, su pene había crecido cerca de cincuenta centímetros.
Ramón estaba muy preocupado. Tenía problemas para vestirse y hasta para caminar, por lo que él y su esposa fueron a ver a un eminente urólogo.
Tras un examen inicial, el doctor le explicó a la pareja que, aunque extraño, el problema de Ramón podría solucionarse con cirugía correctiva.
- “¿Cuánto tiempo estará con muletas?”, preguntó ansiosa la mujer.
- “¿Muletas? ¿Para qué necesitaría muletas?”, respondió sorprendido el doctor.
- “Bien” dijo la mujer fríamente, “me imagino que va a alargarle las piernas, ¿no?”
Y es que a veces la mejor solución no es recortar.
Ésto deberían leerlo en el consejo de ministros todos los viernes, a ver si lo van pillando…