La madrileña Puerta del Sol, donde germinó un movimiento principalmente protagonizado por jóvenes y que se ha extendido a la Plaza de Cataluña en Barcelona y a otras ciudades españolas, las decenas de miles de personas que abarrotaban la plaza guardaron un simbólico minuto de silencio - "un grito mudo" - poco después de la medianoche, cuando comienza la jornada de reflexión en la que, según la legislación, está prohibido pedir el voto.
Durante los últimos días, el Gobierno ha tenido que afrontar una protesta inesperada - el llamado "movimiento 15-M", de "los indignados" o "Spanish revolution" -, que se ha aglutinado a través de Internet y que reclama reformas políticas, económicas y sociales en un país con el índice de desempleo más elevado de la Unión Europea - uno de cada cinco trabajadores está en paro, una cifra que llega al 45 por ciento entre los jóvenes.