El tiempo es de un feudalismo tan disperso como insolente
“Hay algo que debemos admitir si es cierto que creemos en la libertad y aspiramos a la soberanía ciudadana: no puede ya hablarse de democracia en la actual situación política y social. El Sistema imperante ha destruido la mecánica democrática y la ha sustituido por una multiplicidad de potestades de oscuro origen que operan a su antojo. La ciudadanía no pasa de ser más que un pretexto. El tiempo es de un feudalismo tan disperso como insolente.