La falla nace siendo un embrión, es la idea, que sugerirá múltiples escenas adecuadamente relacionadas. Aunque alguna comisión proponga el tema es el artista, fundamentalmente, el encargado de exponerlo en el boceto, dibujo que resume la esencia del monumento. Dibujantes lo hay muy buenos y especializados en monumentos falleros y se convierten en extraordinarios colaboradores de los artistas. Si es aproada la idea , el artista lo materializa en la maqueta de arcilla o plastilina (escala 1:20), de manera que al ofrecer lo,bajo las tres dimensiones se aprecia con gran facilidad la estructura y composición de la falla, así como las secuencias. La presentación de la maqueta y firma del contrato con el artista suele ser una fiesta en el casal y en ocasiones, dan pie a actos sociales y cenas a las que concurre toda la comisión y familiares. La falla, a partir de tan solemne momento, comienza a desarrollarse como algo viviente que exige cuidado y total dedicación. En el taller, la maqueta se secciona igual que si se tratase de las piezas de un gran rompecabezas y se inicia el modelado del remate y de los «ninots», que tendrán que ensamblarse con total precisión en la «plantà».
Foto de las provincias en la “Nit de la cremà”del Moisès de la plaça del Ajuntament