En España o Portugal, las zonas industrializadas experimentarán el mismo desenvolvimiento gracias a la llegada de emigrantes venidos de las zonas más deprimidas.
Extremadura perderá en esos años el 40% de su población, a causa de la emigración masiva. Porcentajes similares sufrirá la población del Alentejo portugués, nuestros "primos hermanos" en el subdesarrollo. No les quedan lejos Andalucía en España o la Zona Centro portugués. (Ver en el enlace http://moisescayetanorosado.blogspot.com.es/p/paginaprueba.html los Documentos 3: "Emigración exterior de la Península ibérica" y 6: "Extremadura-Alentejo, del subdesarrollo heredado a los retos del futuro").
Para los que emigran es una importante oportunidad de salir de una situación de falta de horizontes, muchas veces de miseria, con importantes posibilidades de una vida mejor para ellos y sus hijos, a pesar del desarraigo, la desadaptación, la explotación, las malas condiciones de los primeros asentamientos, etc. Pero para las zonas de emisión de emigrantes será una sangría que envejece la pirámide de edades y empobrece irremisiblemente el futuro. Ninguna de las zonas de masiva salida de emigrantes se ha recuperado demográficamente, y muy por el contrario han quedado despobladas, desatendidas en su desarrollo productivo, infraestructura y servicios.
De todo ello tratan las "6ª Jornadas de Memoria de Futuro" organizadas en Alburquerque para esta semana. Una actividad ejemplar de recuperación de nuestra memoria y reflexión de nuestro futuro que otras localidades afectadas y puntos de recepción de emigrantes deberían imitar.