Reflexiones a 10 años de la crisis económica argentina de Diciembre de 2001

Publicado el 18 diciembre 2011 por Daniela @lasdiosas
Diciembre de 2011 marca el décimo aniversario del colapso económico en Argentina, que culminó en disturbios civiles y agitación política en el país. Las protestas del 19 y 20 de diciembre 2001 y su violenta represión policial dejó varios muertos y precipitó la caída del gobierno. AWID invitó a la socióloga Norma Sanchís* y Alan Cibils**, economista, para contribuir con sus reflexiones  en este informe diez años después.Sanchís recuerda esos días de diciembre como “una especie de espiral que se fue tragando absolutamente todo y que terminó derribando al gobierno de De la Rúa, y que trajo aparejada la mayor crisis institucional de la República Argentina, con 5 presidentes elegidos sucesivamente en una semana, y con una represión de la protesta social durísima, que como consecuencia dejó más de 30 personas muertas”.Las causas de la crisisLa crisis que terminó por explotar en diciembre de 2001 en Argentina fue producto de las políticas que se implementaron en los ‘90, que fue un paquete de medidas neoliberales . Cibils explica que estas “son políticas orientadas a sacar al Estado de la Economía, y a dejar que los mercados se encarguen de todo porque supuestamente son más eficientes. No hay un ejemplo histórico que uno pueda usar para decir este es un camino viable al desarrollo”.El modelo económico, según Sanchís, se basó en la apertura comercial y en la apertura financiera, con grandes consecuencias sociales y económicas, en un contexto que le agregó en el caso particular de Argentina, la sobrevaluación del peso a través de la convertibilidad[1] cambiaria. “La apertura comercial indiscriminada, la desprotección de la producción nacional, junto con la pérdida de empleo formal (el desempleo femenino en algún momento fue casi del 19%”), el empobrecimiento de grandes sectores de la población debilitaron al mercado interno. La consigna de la época era promover las exportaciones, y el principal objetivo de la economía fue facilitar las exportaciones de las grandes corporaciones, en el supuesto de que los frutos de esas exportaciones se iban a derramar al resto de los sectores productivos y sociales. [2] Se generó así una situación muy poco competitiva para la producción argentina, produciéndose quiebras de empresas, sobre todo las pequeñas y medianas”.Durante los ’90, bajo la presidencia de Carlos Menem, se realizaron muchas privatizaciones, todas cuestionadas y acusadas de corrupción. Se privatizaron servicios públicos, como el de salud, empresas que pertenecían al Estado, y hasta el sistema de jubilaciones y pensiones pasó a empresas privadas fundamentalmente de inversores extranjeros.[3]Para Alan Cibils “la privatización del sistema previsional, es la que explica casi exclusivamente el crecimiento de la deuda argentina, durante la década de los ‘90, y su eventual explosión en el 2001. Eso juntamente con los que los economistas denominan "shocks externos": como el incremento de la tasa de interés de la Reserva Federal de los EE.UU. Todo eso resultó en que la deuda y por ende la situación fiscal se hizo insostenible. Pero repito la deuda creció casi exclusivamente por esa privatización, que además de tornar insostenible las cuentas fiscales, también perjudicó a decenas de miles de jubilados”.Cómo se vieron afectados los derechos de las mujeres“Por un lado, para las mujeres el desempleo fue más fuerte, el desempleo abierto [4] fue muy alto y también creció el subempleo”.[5] nos informa Sanchís, “pero una de las consecuencias más claras y más visibles de la crisis sobre las mujeres, y en general de las políticas de los '90 sobre las mujeres, fue el retroceso del Estado en el sector de los servicios y sobre todo en el sector del cuidado, que derivó al ámbito de la familia y del hogar y por ende a las mujeres, una carga enorme de trabajo de cuidado de las personas dependientes de la familia”.En las provincias del Noroeste y del Noreste el impacto fue mucho mayor. Los estados pobres y con menor presupuesto no fueron capaces de sostener servicios públicos de educación, de salud, de cuidado de enfermos y ancianos. “Allí las mujeres se vieron más castigadas, y aquí es donde el género se cruza con la clase. Las mujeres tuvieron que salir como fuera a trabajar y además tuvieron que hacerse cargo de responsabilidades mayores en lo que hace al cuidado de su familia”.“Por otro lado, un estado en quiebra no va a responder demandas de derechos sexuales y reproductivos o protección frente a situaciones de violencia. En estas épocas de crisis, por ejemplo, en las que suelen aumentar las situaciones de tensión familiar, de abandono por parte de los hombres, o de violencia sexista, el Estado es incapaz de dar respuestas a ese tipo de problemáticas. De manera que en general las mujeres se vieron muy afectadas en distintos campos, tanto por las políticas como sus consecuencias más evidentes que desembocan en la crisis”.La resistencia popular ante la crisis y el rol de las mujeres“La resistencia popular la detonó principalmente la restricción bancaria, que se conoció como el ‘Corralito’”, informa Cibils, “Eso hizo que la gente saliese a la calle a protestar y también yo creo que el deterioro significativo de la actividad económica que venía ocurriendo especialmente desde 1998, que es cuando Argentina entró en recesión, y los altos niveles de desempleo, la pobreza y la indigencia crecientes, fueron factores que influyeron.  La protesta, por lo menos en las zonas urbanas e inclusive en las zonas de clase media se vio afectada por las grandes marchas, cacerolazos, y eventualmente las asambleas barriales donde todo estaba en discusión. No fue una protesta en general, salvo algunas protestas más puntuales, como la de los piqueteros, que ya venían hacía varios años por el cierre de distintas fábricas o petroleras o las privatizaciones, y en el campo las mujeres Agrarias en Lucha, las protestas en las zonas urbanas fueron más una reacción que producto de una organización previa”. Según Sanchís, fue en los “nuevos espacios de la protesta social que acompañaron a la crisis, donde las mujeres encontraron una horizontalidad y una posibilidad de participación que las tiene a ellas como protagonistas. Las mujeres ocupan lugares centrales en los piquetes, que fue la forma de protesta más usada por los sectores más pobres urbanos o periurbanos, cortando rutas, caminos. También fueron protagonistas de las redes de trueque, cuando empezaron masivamente a salir de sus casas con lo que podían tratar de revender o intercambiar con otras personas. [6] Otras formas de participar, sobre todo en sectores urbanos de clase media, clase media baja, fue a través de las asambleas barriales. Allí tenían voz, podían hacer propuestas, usar la palabra de manera equitativa con los varones. La otra experiencia fueron las empresas quebradas y luego recuperadas[7] por los propios trabajadores que intentaron mantenerlas en funcionamiento para mantener la fuente de trabajo”.¿Se puede hablar de recuperación de la economía en Argentina?Sanchís y Cibils coinciden que se puede hablar de una recuperación a partir de 2003. Según Sanchís hubo un contexto internacional con una serie de características, como el aumento de precio de los commodities[8], de los agroalimentos, por ejemplo, que favorecen los términos de intercambio y le permite al país comenzar una etapa de crecimiento muy impresionante que se mantiene por varios años y que en los últimos desaceleró un poco.  El fortalecimiento de todo el proceso de integración regional en América del sur que permitió reactivar el intercambio entre nuestros países, reactivar sectores industriales. Los factores exógenos estuvieron bien aprovechados por políticas internas que estuvieron enfocadas a reactivar el mercado interno, a diversificar  las exportaciones y los destinos exportadores. Con las reservas acumuladas por los saldos exportadores positivos y la renegociación de la deuda externa por la entrada del país en ‘default’, se pudo aumentar el gasto social con lo que se  dinamizó el mercado interno. Se aplicaron políticas sociales destinadas a mejorar la calidad de vida, como la reestatización del sistema previsional y la ampliación de la cobertura de jubilaciones, y la Asignación Universal por Hijo.  Son respuestas muy distintas a las recomendaciones de los organismos internacionales en los países europeos que hoy están en crisis. [9]Según Cibils no se cuestiona si se produjo un aumento o no, pero pone en duda la recuperación social. “¿Hasta qué punto lo que llaman "modelo", es distinto de lo que era en los '90? ¿Hasta qué punto la matriz productiva argentina hoy es una ruptura, o representa una ruptura con respecto a la economía productiva de los '90? Ahí hay bastante más debate.  Está claro que la pobreza bajó, llegó a estar en el 57% en la segunda mitad del 2002, y ahora, los datos dados por la mayoría de las encuestadoras dicen que hay una pobreza de alrededor del 30%. Lo que es mucho mejor que el 57% claramente, pero considerando que hubo 7 u 8 años de crecimiento récord, parece poco la reducción. Uno esperaría un mejoramiento bastante más fuerte en ese sentido. Y la indigencia también existe, cosa que me parece todavía más inexplicable en Argentina, país que es productor de alimentos”.Las lecciones aprendidas por la crisis argentina ¿ se podrían aprovechar ante la crisis mundial actual?Según Sanchís “Todo depende de a qué sectores se está priorizando. Si las políticas apuntan a preservar la salud del sector financiero y se inyecta muchísimo dinero en los bancos, y se siguen cumpliendo todas las obligaciones de la deuda externa, vas a tener un tipo de resultado, pero evidentemente son fondos que le estás quitando a otros sectores, como puede ser el mercado interno, las pequeñas empresas, los sectores más pobres, las jubilaciones, etc. y quien paga en definitiva los costos de la crisis terminan siendo los más desfavorecidos. Hay sectores que en la crisis aumentan sus ganancias, reciben beneficios desproporcionados, mientras que sabemos que una enorme mayoría se ve muy golpeada. Entonces me parece que la decisión de qué tipo de medidas y políticas adoptar, te va a cambiar completamente el panorama de qué intereses se están protegiendo y a quienes se está favoreciendo. Evidentemente fue correcto priorizar el mercado interno, la producción, la reactivación en general que permitió generar un nivel importante de crecimiento y no digo de desarrollo, porque todavía obviamente hay una enorme deuda distributiva en el país”.Cibils nos dice: “Podemos ver primero que el default fue positivo, al contrario de lo que todavía te dicen los mercados financieros, el FMI para asustar a los países endeudados, el default fue positivo, porque le permitió al país barajar y dar de nuevo. La otra cosa que fue positiva fue la recuperación de la soberanía monetaria. O sea, salir de la convertibilidad, y devaluar. La devaluación fue lo que permitió que la economía se reactivase y creciese. Otra lección importante y que Argentina la hizo bastante bien aunque no del todo, es que cualquier salida de la crisis no tiene que ser a través de un regreso a los mercados de capitales internacionales. Yo creo que a los mercados de capitales hay que escaparles en la medida de lo posible, por decirlo burdamente, y recurrir sólo como medida de última instancia o de corto plazo”.* Asociación Lola Mora y la Red de Género y Comercio** Investigador Docente, Coordinador de la Licenciatura en Economía Política, Instituto de Industria, Universidad Nacional de General Sarmiento.NOTAS:[1] “Convertibilidad significó que Argentina no tenía la capacidad para hacer política monetaria independiente, porque había pegado su moneda al dólar, entonces no podía emitir, que es lo que un país hace cuando entra en recesión. En ese sentido Argentina había perdido, por decirlo de algún modo, soberanía monetaria. Que no es muy distinto, conceptualmente por lo menos, de lo que está pasando en Grecia y en algunos países de la periferia de la zona Euro.” (Alan Cibils)[2] La pérdida notoria de empleo formal implicó la ruptura de redes de protección social, llámense sistemas jubilatorios, obras sociales, apoyos en general de la seguridad social para sectores más desfavorecidos. Las políticas que trataron de compensar estas carencias tuvieron que ver con segmentación de la demanda, políticas para los llamados sectores vulnerables, que tenían una eficacia sumamente limitada, muy puntualmente dirigidos a determinados sectores considerados "beneficiarios" o "clientes" o "consumidores"  de las políticas sociales, todo en un contexto en el que el Estado, como una de las consecuencias institucionales, delega toda su capacidad regulatoria en manos del libre juego del mercado, y esto aumentó enormemente la fragmentación social, la polarización y perjudicó a los sectores mas desfavorecidos. Todo esto combinado con políticas de descentralización que tenían que ver con esta voluntad de reducir el Estado, sobre todo, ajustar  los gastos en servicios sociales, y esto implicó que el Estado nacional transfirió a la jurisdicciones, provincias y municipios, responsabilidades en lo que son servicios de salud, educación, entre otros, que no dieron a basto, sobre todo en las jurisdicciones más pobres, para atender a una demanda creciente y que produjo fuertes deterioros en términos sociales. (NS)[3] “Argentina fue uno de los países del mundo que firmó más acuerdos de inversión con distintos países y con bloques regionales, que estaban destinados básicamente a garantizar la inversión extranjera en el país.” (NS)[4] Son personas que no trabajaron durante la semana de referencia, buscaron activamente un empleo, es decir, realizaron acciones concretas para obtener un empleo, y estaban disponibles para trabajar de inmediato. Esos son los tres requisitos para estar desocupado abierto: no tener trabajo, buscar activamente trabajo y estar disponible y dispuesto a trabajar. Definición recomendada por la OIT en su Decimotercera Conferencia Internacional de Estadísticos de octubre de 1982. Fuente: wikipedia.[5] Aquellas personas que querían trabajar más horas de las que estaban trabajando (NS).[6] Los clubes de trueque formaron parte de la Economía solidaria que fue clave para ciertos sectores de la población. La pérdida de soberanía monetaria resultó en que a causa de la recesión y también por el corralito, la cantidad de moneda circulante (el cash) en la calle se viese fuertemente reducida. Entonces el trueque lo que hizo fue permitir que gente que tenía habilidades o podía producir algo, pudiese intercambiar algo por otra cosa que necesitaba. Cibils explica “en cierto modo vino a formar una especie de economía paralela, con su propia moneda, que en algunos municipios se aceptaban, inclusive para el pago de servicios o impuestos. Eran monedas no estatales, sino monedas emitidas por los clubes de trueque. Esto da una pauta de la escasez de circulante que había. Y los bonos provinciales o cuasi monedas oficiales, que hubo muchas también, incluso a nivel nacional, también son un indicador de eso”.  (AC)[7] Las fábricas recuperadas fueron producto de la crisis y la desesperación más que del movimiento político o ideológico, en general la politización fue post recuperación, o después del hecho de la toma. También es un ejemplo de: primero, la reacción ante la crisis, y la viabilidad de empresas, que funcionando aún dentro de un sistema capitalista, pero con otro esquema de organización interna y otro esquema de recuperación interna, es viable, cosa que los dueños habían decretado que no lo era. Entonces con distintos criterios de rentabilidad y con la organización más horizontal resulta que sí podían producir eficientemente en el mercado capitalista. Lo cual es muy interesante porque dice mucho también sobre las organizaciones empresarias, sobre las ventas, la remuneración, etc. El hecho de que muchas de ellas, algo así como 200, siguen funcionando aún hoy es un dato interesante y alentador de algún modo, aunque no es un movimiento que esté en expansión en este momento. Pero sí sirvió para preservar algunas fuentes de trabajo, obviamente que no fue una solución global al desempleo, pero sí lo fue para el reducido grupo de trabajadores que pudieron insertarse en la cooperativas o colectivos que recuperaron estas fábricas. (AC)[8] Commodities son los productos primarios que se exportan, son los productos que no tiene valor agregado. Son los productos agrícolas y ganaderos básicamente, o el petróleo. (NS)[9] Mientras se quiera sostener a ultranza el sistema financiero, como hizo EEUU, aún a costa de tener que disminuir las jubilaciones y se recorta el gasto social, se están  aplicando lo que se llaman medidas pro-cíclicas. Es decir, cuando el país entra en crisis en lugar de promover políticas anti-cíclicas que permitan aumentar el mercado interno y fortalecer la economía, si se ajusta el gasto, disminuye la inversión interna, la crisis se agudiza  todavía más. O sea, reducen el poder adquisitivo de la gente al reducir el mercado interno y por lo tanto la economía empieza a frenarse de una manera drástica.  (NS).Por Gabriela De CiccoFuente: Awid