¡Y tú!
¿Qué has hecho para frenar la corrupción?
Preguntas mientras clavas
en mi conciencia tu dedo acusador.
¿Qué que es lo que he hecho?
¿ Y tú me lo preguntas?
¡Riámonos los dos!
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Del blog, en el ángulo oscuro,
por su dueña tal vez colocado,
denunciante y enhiesto del todo,
veiase el dedo.
¡Cuánto negro dormía en sus uñas,
como duerme riendo la hiena,
esperando en su mano de nieve,
soltar su condena!
¡Ay!, pensé; ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma,
y una voz como Chaves espera
que le diga «¿Por qué no te callas?»