Bien sabido por todos que la clase y los partidos políticos ocupan el tercer lugar en la clasificación de los principales problemas de los ciudadanos, aunque hagan oídos sordos. Un pésimo honor para el “arte de la política” cuyo sentido radica en “la resolución de los conflictos y problemas”.Sin embargo, la política ha sufrido una progresiva degradación, en parte por el canibalismo de los políticos. “Lo principal diferencia de los partidos políticos es si están en el gobierno o en la oposición. Dicen una cosa cuando están en la oposición y otra si son los que mandan, o viceversa. Y lo peor de todo es que la sociedad se ha habituado a ello”.Una carcoma propia de termitas que devoran el mobiliario en beneficio propio. Quizás sea la adaptación del siglo XXI para el 'animal político' de Aristóteles. “Aunque siempre hay excepciones, los partidos políticos han cambiado su objeto social: ahora su objetivo es ganar elecciones como un medio para ser alguien en vez de trabajar por la sociedad”. Y para ganar se otorga validez al principio maquiavélico de que ‘el fin justifica los medios’ y lo que deberían ser debates estrictamente ideológicos y políticos se convierten en ataques personales con la muletilla de patio de colegio del “y tú más”. Una descalificación mutua que acelera la percepción ciudadana del “desapego y hastío hacia la clase política por el empantanamiento de los problemas”. Los Pactos de Estados han sido relegados a los anticuarios; y en la tribuna del Congreso se busca el ‘total’ de mayor confrontación aunque el sentido del voto vaya a ser favorable.
Bien sabido por todos que la clase y los partidos políticos ocupan el tercer lugar en la clasificación de los principales problemas de los ciudadanos, aunque hagan oídos sordos. Un pésimo honor para el “arte de la política” cuyo sentido radica en “la resolución de los conflictos y problemas”.Sin embargo, la política ha sufrido una progresiva degradación, en parte por el canibalismo de los políticos. “Lo principal diferencia de los partidos políticos es si están en el gobierno o en la oposición. Dicen una cosa cuando están en la oposición y otra si son los que mandan, o viceversa. Y lo peor de todo es que la sociedad se ha habituado a ello”.Una carcoma propia de termitas que devoran el mobiliario en beneficio propio. Quizás sea la adaptación del siglo XXI para el 'animal político' de Aristóteles. “Aunque siempre hay excepciones, los partidos políticos han cambiado su objeto social: ahora su objetivo es ganar elecciones como un medio para ser alguien en vez de trabajar por la sociedad”. Y para ganar se otorga validez al principio maquiavélico de que ‘el fin justifica los medios’ y lo que deberían ser debates estrictamente ideológicos y políticos se convierten en ataques personales con la muletilla de patio de colegio del “y tú más”. Una descalificación mutua que acelera la percepción ciudadana del “desapego y hastío hacia la clase política por el empantanamiento de los problemas”. Los Pactos de Estados han sido relegados a los anticuarios; y en la tribuna del Congreso se busca el ‘total’ de mayor confrontación aunque el sentido del voto vaya a ser favorable.