Un trabajo del director Carlos Crespo. Un trabajo delicado, de primeros planos, donde se presume una gran dosis de cariño y esmero en la grabación. Buen audio, cosa poco habitual en el mundo del cortometraje.
Una apuesta valiente que parte de un guión poco convencional, muy bien escrito, donde el protagonista es un picaporte y los personajes humanos son secundarios.
En definitiva un guión y un rodaje excepcional, que te aconsejamos visionar en pantalla completa y cuando dispongas de 11 minutos que es lo que dura el corto.