Hace unas semanas descubrí que estaba embarazada. Desde ese momento la vida te da un vuelco, por mucho que el susodicho tenga el tamaño de una lenteja.
Los planes a futuro se modifican, tu cuerpo no para de cambiar, y si es deseado, comienzas a proyectar en el futuro todo aquello que supondrá la venida al mundo de un nuevo ser. Aún así, sabes que muchos se quedan en el camino y que hasta que no pase bastante, no puedes ilusionarte de verdad, pero en el fondo esperas que a ti no te pase.
Entonces un día el color rojo se hace presente, y con él los miedos de que esa ilusión, ese proyecto se acabe de cuajo.
Durante las horas y días siguientes, la incertidumbre es la reina. No quieres pensar demasiado y no sabes cuál será el resultado… además conforme pasa el tiempo y no pasa nada, vuelves a sentir un pco de esperanza pero ya no será igual. Tienes los pies en la tierra y la vida te ha vuelto a recordar que nada es estable y que si hay una virtud que cosechar, es la resiliencia.
Buenas noticias
Es curioso cómo nos centramos en las cosas que salen mal y lo fácil que es olvidar aquello en que la vida te sonríe. Este mismo año, recuerdo cuando yendo a la consulta del médico intentaba proyectar un resultado positivo por mi papá, deseando que solo quedase todo en un susto y que la vida no nos diese un vuelco tan grande. Así fue y aunque ahora pase desapercibido, esto fue un regalazo de la vida. Quizás un día cambie, quizás un día sea yo la que esté en esa clínica o alguno de nuestro entorno.
Debemos aprender a discernir todas las señales buenas para no darles a las malas un poder tan grande. Al fin y al cabo nuestras vidas están llenas de probabilidades, pero somos nosotros quienes les damos un significado positivo o negativo.
Las principales fuentes de ansiedad se producen por proyectar demasiado en el futuro y por tanto hacer que nuestro cerebro viva consecuencias que no pasarán en un 91.40% de los casos.
Quizás mañana, o dentro de un mes, las probabilidades no sean favorables en este caso, pero hoy quiero brindar por las que si lo son, y por tenerlas siempre presentes para que no olvidemos que la vida nos sonríe en muchos momentos y que en otros… por estadística no lo hará tanto.