Reflexiones running: Correr por la paz o en paz

Por Fermín Fermin Fernandez @ferminffaviles
30 de enero de 2015 Hace hoy 67 años que murió Gandhi, el 30 de enero de 1948. El mayor pacifista murió asesinado.  Desde hace unos años, en los colegios, el 30 de enero celebran el día de la paz, y yo, que ya hace muchos años que dejé el colegio pero mis hijas me tienen al tanto, quería sumarme a esta iniciativa del “día de la paz” con una pequeña entrada en el blog.  Paz y running, bonita combinación.
Con este boom del running que vivimos, ya se celebran en multitud de sitios “carreras por la paz”. Aunque no estoy inscrito en ninguna he salido a correr un rato “por la paz”, y se me ha ocurrido dibujar con mis pasos la palabra “PAZ” en el mapa del recorrido. Este es el resultado:

Mapa del recorrido de la Paz


Una vuelta de 6 km. por el barrio tratando de usar el GPS como lápiz para escribir en el mapa la palabra “PAZ”. Por recordar en este día a Gandhi:
  • Predicaba la no violencia como medio para resistir al dominio británico y conseguir la independencia. 
  • Inventó métodos de lucha social tan poco violentos con el prójimo como la huelga de hambre. 
  • Defendía y promovía ampliamente la total fidelidad a los dictados de la conciencia. 
  • Una vez conseguida la independencia trató de reformar la sociedad india, empezando por integrar las castas más bajas y desarrollar las zonas rurales. 
  • Desaprobó los conflictos religiosos que siguieron a la independencia de la India, defendiendo a los musulmanes. 
  • Fue un gran defensor del vegetarianismo y rechazaba cualquier forma de maltrato a los animales.


Decía Gandhi: «No hay camino hacia la paz, la paz es el camino» y estoy totalmente de acuerdo.
Creo que cultivar la paz interior es el camino hacia la paz exterior: Sentirnos en paz con uno mismo, con nuestra conciencia, mentalmente tranquilo, en calma, libres de ansiedad, de estrés, sentirnos fuertes, ¡felices!. Pero encontrar la paz interior no es gratis, hay que cultivarla, entrenarla, buscar el camino que nos lleve a ella, cada uno su propio camino. En algunas culturas se sigue el camino de la meditación, el rezo. Utilizan el tai-chi o el yoga como forma de liberar la mente, dejar a un lado las preocupaciones, encontrar pensamientos positivos, fortalecerse interiormente. En mi caso he optado por otros caminos: El primero es el karate do Todas las artes marciales japonesas incluyen como último kanji (símbolo) el DO (karate do, judo, taekwondo, aikido, kendo). El “DO” representa el camino, la parte más espiritual, más interior. Puede ser esto lo que diferencia un arte marcial de un deporte, no solo hay actividad física, se entrenan otros valores. Al iniciar una sesión, los alumnos se situan en “seiza” (sentados de rodillas) en silencio, frente al maestro y este ordena “mokuso” (meditación). Durante unos minutos se vacía la mente, se dejan atrás los problemas, dejando la mente receptiva y preparada la asimilación. Puedo asegurar que durante la hora que dura cada clase, estoy en paz, centrado en el karate.

Niños en mokuso (foto de Goju Karate Center)


El otro camino que he elegido es el running Después de unos años corriendo, he llegado a un estado en el cual, mientras corro puedo estar ausente de la “vida”, con la mente libre, y esto me da paz. En el running no todo es correr con la mente “libre” desde el primer día. También hay entrenamientos en los que se requiere concentración, aguante, sufrimiento… Estos tipos de entrenamientos son necesarios para fortalecerse, habituar el cuerpo, ir superándose y poder así llegar a disfrutar más cada vez. Tampoco es la paz del karate de vaciar la mente y olvidarse del mundo exterior. Esta paz es diferente. Algunos días los problemas del día a día están ahí, corriendo con nosotros en nuestra cabeza, pero la forma en la que los vemos es diferente, sosegada, analítica, positiva, desde otra perspectiva, como desde fuera. Hay otros días en los que la paz es plena, sí que se olvida uno de mundo y deja la mente vacía. Enseguida se llena de ideas, proyectos, viajes, retos, recuerdos... ... o se centra en disfrutar de la paz del entorno, del paisaje, de la naturaleza, … Son esos días en los que uno sale a correr sin prisa, a ritmo tranquilo, saboreando el recorrido, disfrutando de cada paso. Donde parece que no pasa el tiempo y llevamos la sensación de que podríamos seguir corriendo eternamente, en paz.

Corriendo por el desierto


 Yo sólo soy un hombre