Reflexiones sobre fauna urbana

Por Alvalufer

Hace un par de inviernos, una mañana de navidad decidí dar un paseo por el entorno de Huelva capital y vi  mucho más de lo que jamás imaginé, incluyendo meloncillos a plena luz del día( se puede ver aquí la entrada de aquella excursión). El sábado al atardecer estaba en casa y como a cinco minutos ya estoy fuera de la ciudad decidí darme un paseo breve, por salir un rato a que me diera el aire. Más allá de lo que observé, que esta vez fue lo esperado más o menos- en una hora de paseo- lo importante fueron algunas reflexiones que se me plantearon. En casa, en mi gran estantería llena de libros, cogí uno de tantos de cuya historia no me acuerdo especialmente y del que tan solo recuerdo haberlo comprado en una feria del libro hará casi quince años.

El libro, llamado Aves urbanas, parece ser de 1985, está bien, pero no aparecen por motivos obvios muchas especies que hoy en día si están muy presentes en ciudades, lo cual demuestra los cambios en la distribución de especies que pueden darse en breve tiempo. Uno de los asuntos más interesantes que puede aprenderse de los libros antiguos es contemplar los cambios en distribución de especies ,como he dicho en la frase anterior, y aunque en la mayoría de los casos es para llevarse las manos a la cabeza por lo mal que lo estamos haciendo también a veces es para bien. El que más me llamó la atención es la tórtola turca, y quiero compartir esta reflexión con ustedes. En esta captura de una página del libro que tomé con el móvil se sitúa la aparición de dicha especie en España por el norte:

La versión aceptada es que esta especie catalogada como invasora- y que en 2013 me parece de las más habituales en sitios como Sevilla o Huelva-, ha tenido una expansión natural desde sus áreas de distribución hacia el oeste, llegando a muchos lugares de Europa para quedarse .  He observado lo generalista que es, le da igual todo, se adapta a todo, y sus nidos son un buen ejemplo de esto que digo, porque son simples y se ubican en sitios descarados a la vista de todos. Esta forma de vida  les hace expandirse rápido, ya que no requieren grandes masas boscosas para anidar, ni silencio, ni un alimento de una  época del año concreta ni nada. Pero más allá de su biología lo que me llama la atención es que para las fechas en que se publicó el libro en cuestión  había tórtolas turcas en Huelva, y esto no aparece mencionado, observándose  tan solo la vía natural de expansión por el norte. A principios de los ochenta había tórtolas turcas en la zona portuaria de Huelva y La Rábida, por lo que igual esta expansión natural tuvo una pequeña ayudita con ejemplares que  habrían llegado de otro modo al sur. Yo nací en el 87, y a comienzos de los 90 ya había muchas tórtolas en los sitios que digo, mucho antes de que las hubiera por miles en todos los sitios como las hay ahora( de hecho para mi gusto en Sevilla alcanzan la densidad de plaga). Se las empezó a ver por absolutamente todos los lados a comienzos de los 2000 si no recuerdo mal, pero en Huelva antes ya estaban.

Volviendo a mi paseo, éste se dio entre las 19:30 y las 20:30 y fue muy simple. Bajé de mi casa y a cinco minutos ya estaba fuera de la ciudad, fin claramente delimitado por la presencia de una carretera bastante grande. A cinco minutos andando está el cementerio, y en uno de los muchos bancos que aparecen en el breve paseo me senté, con vistas a un campo de girasoles, a observar lo que había. No hay ni 200 metros de distancia de la ciudad y anoté como especies observadas cogujada común, buitrón, urraca, gorrión común en ingentes cantidades, jilguero, vencejo común, golondrina común, avión común, paloma doméstica, tórtola turca,  cigüeña blanca, una cigüeñuela que iría de paso, mirlo común, estornino negro, mochuelo y ….17 cernícalos  vulgares.

Es curioso, todos estos cernícalos estaban cazando en el mismo campo de girasoles, los observé durante toda la hora y no pasaban ni dos o tres minutos sin que uno de ellos descendiera a por una presa. Calculad durante una hora diecisiete cernícalos cazando algo cada dos o tres minutos( porque con los prismáticos me cercioraba de que cogían presas y las comían). No son mal ayuda para el agricultor eh, y además volved la vista a la lista de aves que he dado arriba, prácticamente todas comen insectos o lo hacen aunque sea en esta estación del año aprovechando la disponibilidad de este recurso. Buena legión de insecticidas naturales, gratis y bonitos para más alegría.

Pues esto es todo, quería compartir con los lectores del blog mis observaciones y reflexiones del fin de semana, que no ha sido de grandes salidas al campo pero bueno, como siempre os digo, para disfrutar de la naturaleza no hace falta irse muy lejos, a veces basta con asomarse por la ventana.